Un vistazo a la jornada en los mercados europeos y mundiales de la mano de Wayne Cole.

Otro día, otra decepción de China.

Esta vez China optó por recortar sólo 10 puntos básicos su tipo de interés de referencia a un año y dejar sin cambios el tipo a cinco años, sorprendiendo a los analistas que esperaban recortes de 15 puntos básicos en ambos.

La noticia hizo caer los índices bursátiles chinos a mínimos de nueve meses y mantuvo la presión sobre el yuan, incluso cuando el Banco Popular de China (BPC) trató de apoyarlo con otra fijación firme. Los analistas estiman que los bancos chinos vendieron al menos 2.000 millones de dólares en el extranjero la semana pasada en nombre del PBOC, pero sólo consiguieron una pausa temporal en la caída del yuan.

Los inversores occidentales parecen seguir asumiendo que Pekín se doblegará y lanzará un estímulo fiscal masivo para exprimir la economía, como ha hecho en el pasado. Sin embargo, las autoridades no muestran signos de cumplirlo, así que quizá los mercados financieros no sean tan importantes como les gusta pensar que son.

Eso no quiere decir que Pekín no esté haciendo nada. El regulador de valores chino desveló el viernes un paquete de medidas destinadas a impulsar la confianza de los inversores. Decenas de empresas que cotizan en bolsa en China respondieron durante el fin de semana esbozando planes para comprar sus propias acciones. El PBOC también dijo que China coordinaría el apoyo financiero para resolver los problemas de deuda de los gobiernos locales, y abundan los informes de responsables políticos que animan a los bancos a prestar más.

Evidentemente, no se trata del chapuzón de gasto fiscal que ansían los inversores, pero quizá esté calando la idea de que Pekín no está dispuesta a jugar esta vez. Tras el tambaleo inicial, las acciones chinas salieron de los mínimos, el Nikkei subió e incluso el australiano logró estabilizarse.

Aunque puede que Pekín no tenga apetito para el gasto financiado con deuda, no puede decirse lo mismo de Estados Unidos, donde el déficit presupuestario asciende a 1,6 billones de dólares anuales. El tipo de déficit que antaño sólo se asociaba a la gestión de guerras es probablemente una de las razones por las que la economía sigue sorprendiendo. La última estimación del PIBNow de la Fed de Atlanta es del 5,8% anualizado y, aunque seguramente exagera las cosas, este trimestre parece ser un barnstormer.

Desde luego, es mucho más fuerte de lo que esperaba la Fed en su última reunión de política monetaria y plantea un reto de mensajería para el presidente de la Fed, Jerome Powell, en la reunión de Jackson Hole de esta semana. Podría reconocer la fortaleza, y así dar luz verde al reciente salto de los rendimientos del Tesoro, o podría hacer hincapié en que la inflación también ha sorprendido en su descenso. Será interesante ver cómo enhebra esa aguja.

Acontecimientos clave que podrían influir en los mercados el lunes:

- Conferencia de prensa conjunta de los ministros de Finanzas de Alemania, Luxemburgo, Austria, Suiza y Liechtenstein

- Datos de los precios de producción alemanes de julio