La inteligencia artificial podría ser fundamentalmente perturbadora pero contribuir a impulsar la productividad de la economía británica, lo que plantea un reto a los reguladores, que deberían estar abiertos a nuevos enfoques normativos, afirmó el martes un responsable político del Banco de Inglaterra.

"El reto consiste, por tanto, en desarrollar un marco regulador que fomente el florecimiento de la creatividad y la innovación, pero que tenga en cuenta los posibles riesgos para la estabilidad financiera", declaró en un discurso Randall Kroszner, miembro del Comité de Política Financiera del BoE.

"Los reguladores, sin embargo, deben estar abiertos a nuevos enfoques que puedan dar forma a estos marcos".