Por Ana Isabel Martinez

CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) - En el apogeo de la pandemia del COVID-19, la entonces alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, usaba y recomendaba el cubrebocas en un país donde el Gobierno central nunca lo impuso a nivel nacional pese a los miles de fallecidos, que colocaron a México como el quinto país con más muertes en el mundo.

En contraste, el presidente Andrés Manuel López Obrador se negó a portarlo, incluso después de enfermar por primera vez a principios de 2021 y al retomar sus conferencias diarias en los primeros días de febrero, alegando que ya no contagiaba.

Esa diferencia entre el mandatario, conocido por su acrónimo AMLO, y la ahora favorita para ganar los comicios presidenciales de México el 2 de junio -ambos del mismo movimiento político- fue vista como un roce y hasta como un pequeño acto de rebeldía. Entonces, Sheinbaum lo negó.

"Podemos no estar de acuerdo con el uso de cubrebocas o no, pero somos parte de un mismo proyecto de transformación. Habrá cosas que él opina de una manera, y yo opino de otra manera", enfatizó Sheinbaum al día siguiente al que AMLO retomó su agenda tras padecer de COVID-19.

Además, alguno de sus allegados pone esa anécdota como un ejemplo de que si la física llega a la presidencia no será un "títere" de AMLO, como aseguran sus adversarios políticos, alegando que si bien ella seguirá con el proyecto de nación del mandatario, tiene algunas diferencias en temas clave como el ambiental y energético, seguridad y hasta corrupción.

"Ellos tienen una relación de colaboración, no es de sumisión", enfatizó una persona de su equipo, que habló bajo condición de anonimato.

"Es muy injusto que digan que será una marioneta porque en cinco años gobernando Ciudad de México ella hizo cosas totalmente distintas que el presidente", señaló, apuntando a temas de movilidad o sustentabilidad, con buses eléctricos y extensas líneas de cablebuses, así como sobre la instalación de una planta solar en un enorme mercado capitalino.

ACOTADA

Pero para algunos analistas y políticos, el mismo hecho de que la exalcaldesa esté cerca de ser la primera presidenta de México con un claro apoyo de AMLO -aunque se hizo una encuesta para elegir el abanderado del oficialista Morena- haría que el legado del mandatario y una suerte de hoja de ruta marquen los primeros años de su sexenio, que iniciaría el 1 de octubre

"Creo que si ella gana va a tener una lucha interna entre su lealtad genuina a López Obrador y la realidad de ella, de no tener su propio capital político porque no tiene la fuerza de él", dijo Agustín Basave, político, académico y exdiputado que presidió hace unos años el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

"Podría estar acotada los primeros años de su gobierno", afirmó, para luego predecir que López Obrador estará operando detrás de bambalinas pero no desde la arena pública.

Como parte de su legado, AMLO además le estaría dejando a varios de sus funcionarios entre los que se cuentan el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, de quien la candidata ha dicho que le ha pedido que se quede en el cargo.

Fuentes cercanas al entorno de Sheinbaum agregan a la lista al excanciller de AMLO, Marcelo Ebrard; a la secretaria de Seguridad, Rosa Rodríguez, y entre otras apuestas de analistas y fuentes se suman la actual secretaria de Gobernación, Luisa Alcalde, y la de Economía, Raquel Buenrrostro.

Además, otra guía que dejó López Obrador a Sheinbaum consiste en un ambicioso paquete de reformas constitucionales lanzado en febrero y que él mismo sabía que no serían aprobadas en la recta final de su administración.

"CLAUDIA NO ES AMLO"

La candidata ha evitado criticar públicamente algunas decisiones o políticas de su mentor y habla de "continuidad con cambio" cimentada en los que dice son los buenos resultados económicos y sociales del Gobierno actual, criticado por la creciente violencia del crimen organizado, combate a la corrupción, manejo de la pandemia y magro crecimiento económico.

Y aunque ha defendido la cuestionada estrategia de seguridad de AMLO, ha marcado algunas diferencias en su plan de Gobierno en ese temas así como el de cambio climático, energías renovables y la agenda para mujeres.

Los homicidios dolosos en el actual sexenio rozan un récord de 190,000, frente 156,000 en el anterior. Pero AMLO defiende su estrategia de seguridad en medio de un recrudecimiento de la violencia vinculada al crimen organizado.

"No creo en lo absoluto que Claudia vaya a ser AMLO", dijo a Reuters Renata Turrent, una de sus coordinadoras de campaña, y apuntó que aunque comparten principios ideológicos, tienen sus diferencias.

"Ella, uno, tiene otras prioridades; dos, tiene otra formación y otra forma de ejecutar su proyecto y tres, incluso en las formas, ella es distinta", agregó.

Pero hasta algunos de sus votantes sienten la impronta de López Obrador sobre Sheinbaum.

"Creo que de alguna manera sí va a ser un títere porque ella ha dicho que va a seguir las políticas AMLO, pero espero que tras dos o tres años de gestión pueda tener su sello propio y mejorar lo que falta", dijo Aldo Estévez, un estudiante para piloto de 31 años. "Creo que AMLO sí la estará dirigiendo políticamente", agregó.

En varias entrevistas la candidata ha descartado que habrá un "teléfono rojo" para recibir instrucciones de AMLO.

"Quien va a gobernar soy yo", ha dicho.

(Reporte de Ana Isabel Martínez; reporte adicional de Diego Oré; Editado por Aida Peláez-Fernández)