Su regreso señala la aparente resolución de un enfrentamiento diplomático entre los vecinos de África Occidental que también empeoró las ya tensas relaciones de Malí con las potencias regionales.

Al salir del avión, cada soldado sostenía una pequeña bandera marfileña y sonreía mientras estrechaba la mano del presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, que les esperaba para saludarles en el aeropuerto.

"Ahora que esta crisis ha quedado atrás, podemos reanudar las relaciones normales con el país hermano de Malí", declaró Ouattara una vez que todos estuvieron en suelo marfileño.

Alegando un compromiso con la paz y el diálogo, la junta de Malí indultó a última hora del viernes a los soldados, que habían sido condenados el 30 de diciembre a 20 años de cárcel por atentar supuestamente contra la seguridad del Estado.

Fueron detenidos en julio en el aeropuerto de Bamako, la capital de Malí. En aquel momento, las autoridades malienses dijeron que las tropas actuaban como mercenarios, mientras que Costa de Marfil afirmó que formaban parte de una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Mali.

Malí está cada vez más aislado desde que los militares derrocaron al gobierno en 2020 y no cumplieron sus promesas electorales, lo que provocó sanciones del principal bloque político y económico de África Occidental, la CEDEAO.