Por Kylie MacLellan y Kate Holton

LONDRES, 26 jun (Reuters) - El primer ministro británico, Rishi Sunak, y el líder laborista, Keir Starmer, se enfrentaron el miércoles en su último debate antes de las elecciones de la próxima semana, en el que ambos lanzaron ataques muy personales sobre su credibilidad y la de sus partidos.

Con los conservadores de Sunak detrás de los laboristas por unos 20 puntos en las encuestas, el primer ministro acusó a Starmer de no ser sincero con el país en materia de inmigración, impuestos y derechos de la mujer, e instando a los votantes a no "rendirse" ante el Partido Laborista.

Starmer respondió que Sunak era demasiado rico para entender las preocupaciones de la mayoría de los británicos de a pie. Según un sondeo de YouGov, el debate se saldó con un empate, con un 50% para ambos.

En cuanto a la inmigración, una de las principales preocupaciones de los votantes británicos, Sunak rechazó el argumento de Starmer de intentar devolver a los inmigrantes a sus países de origen, diciendo que muchos habían llegado a Reino Unido desde Irán, Siria y Afganistán.

"¿Se va a sentar con el ayatolá iraní? ¿Va a intentar llegar a un acuerdo con los talibanes? Es completamente absurdo. Está tomando a la gente por tonta".

Los sondeos indican que el laborista Starmer va camino a ganar las elecciones con una amplia mayoría, poniendo fin a 14 años de Gobierno conservador. Los dos líderes se han enfrentado en varios debates o sesiones públicas con los votantes, centrándose cada vez más en quién era más adecuado para dirigir el país.

Starmer argumentó que el país estaba agotado tras 14 años de "caos" conservador, y que él entendería mejor los retos de muchas familias que han luchado bajo una inflación galopante y una crisis del coste de la vida.

"Parte del problema que tenemos con este primer ministro es que el mundo en el que vive está a millones de kilómetros del mundo en el que viven las personas en todo el país, las empresas y las familias a las que intentan mantener", dijo.

La campaña de Sunak ha tenido dificultades desde el principio. Ha tenido que hacer frente a un escándalo de apuestas después de que cinco funcionarios del partido, entre ellos dos candidatos, fueran investigados por las apuestas que se hicieron sobre el calendario de unas elecciones anticipadas.

Starmer también se ha enfrentado a críticas en actos públicos, en los que ha sido acusado por los votantes de ceñirse a un guión y mostrarse robótico, y de no dar suficiente información sobre cómo financiaría las tan necesarias mejoras de los servicios públicos.

(Reportaje de Kate Holton, Kylie MacLellan y Elizabeth Piper; Editado en español por Héctor Espinoza)