Musk citó la preocupación por el clima como motivo de su decisión.

Tras su tuit, el bitcoin cayó más de un 7%.

El pasado febrero, Tesla compró bitcoins por valor de 1.500 millones de dólares.

Al mes siguiente empezó a aceptar el bitcoin como medio de pago, lo que provocó una subida del 20% de la mayor moneda digital del mundo.

Bitcoin se crea cuando ordenadores muy potentes compiten para resolver complejos rompecabezas matemáticos.

Se trata de un proceso que requiere mucha energía y que suele depender de la electricidad generada a partir de combustibles fósiles, especialmente el carbón.

La "minería" de Bitcoin consume actualmente la misma cantidad de energía que los Países Bajos en 2019, según datos de la Agencia Internacional de la Energía y la Universidad de Cambridge.

Los inversores y los ecologistas han hecho sonar repetidamente la alarma sobre el bitcoin, citando las emisiones de dióxido de carbono de la minería.

El dominio de los mineros chinos de bitcoin y la falta de voluntad de cambiar los combustibles fósiles baratos por energías renovables más caras dificultan la solución del problema de las emisiones.

En teoría, los analistas de blockchain dicen que es posible rastrear el origen del bitcoin, lo que sugiere la posibilidad de una prima para el bitcoin verde.

Musk es un fanático de las monedas digitales, pero también es un defensor de la tecnología limpia.

Sus tuits han puesto en el mapa a la otrora oscura dogecoin.

Musk dijo el domingo que su compañía de cohetes comerciales SpaceX aceptará la criptodivisa inspirada en los memes como pago en una misión a la Luna el próximo año.