Por Alexandra Valencia

QUITO, 29 jun (Reuters) - El arma, una pistola de 9 milímetros, abrió un camino violento incluso para los estándares de uno de los barrios más peligrosos de Ecuador, el distrito Nueva Prosperina de Guayaquil.

Según una unidad de criminalística de la policía, los casquillos de balas disparadas por el arma, recuperados en el lugar de 27 incidentes violentos distintos, estaban relacionados con 34 muertes. Y un funcionario forense de la policía dijo a Reuters que creen que la pistola sigue en las calles.

Los estragos atribuidos a una sola arma de fuego ejemplifican los desafíos que enfrenta el presidente Daniel Noboa ante una explosión de delitos violentos y homicidios desde 2020, impulsada por un fuerte aumento del contrabando de armas de fuego durante el mismo período, muchas de las cuales provienen de Estados Unidos.

Reuters fue el primer medio de comunicación al que se le concedió acceso a los esfuerzos de rastreo de balas de la policía, un componente clave en la lucha de Ecuador contra el crimen. Rastrear los orígenes de esas armas podría ayudar a las autoridades a cerrar las rutas de tráfico, así como a construir historias forenses de armas ilegales para futuros procesamientos, dijo la policía.

Pero es un trabajo lento. De las más de 40.000 armas incautadas desde 2019, solo 900 han sido rastreadas, dijo a Reuters el mayor Efraín Argüello, jefe del Departamento de Análisis de Información de la Policía Científica de Ecuador.

El arma utilizada en Nueva Prosperina puede pertenecer o haber sido alquilada a cinco bandas delictivas rivales que luchan por el control del recinto, según Argüello.

La policía está investigando asesinatos, robos y otros incidentes violentos relacionados con la misma arma.

"Un arma 30 veces vinculada (a delitos) indica que no sólo hay un incremento del tráfico, sino una rotación o venta interna de las armas ilícitas en Ecuador", dijo Renato Rivera, director del grupo de investigación del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado.

La ciudad portuaria de Guayaquil, en el Pacífico, es un centro para el tráfico de drogas y escenario de guerras territoriales entre bandas locales vinculadas a cárteles mexicanos, albaneses y otros extranjeros, lo que ha provocado un fuerte aumento de los asesinatos.

En enero, Noboa designó a 22 bandas delictivas locales, incluidas las cinco que operan en Nueva Prosperina, como organizaciones terroristas.

Desde que asumió el cargo en noviembre pasado, después de ser elegido para finalizar el mandato de su predecesor, Noboa ha aumentado el financiamiento para el área de seguridad en un 6,6% a 3.520 millones de dólares para este año.

ESCASEZ DE EQUIPOS

Pero dos altos funcionarios de policía dijeron a Reuters que Ecuador está luchando para cerrar las rutas de tráfico de armas desde Estados Unidos, Perú y otros países de la región, en medio de la falta de fondos, equipo forense y personal capacitado.

Ecuador tiene sólo ocho microscopios en un país de 17 millones de habitantes para rastrear casquillos y balas, dijo la policía, y 247 técnicos capacitados.

"Estamos haciendo trazabilidad con lo que tenemos", dijo Argüello. "La cantidad de armas no nos permite que seamos más prolijos, estamos generando sincronía y talento humano".

En una pequeña sala del edificio de criminalística de la policía en Quito, el técnico Jhony Tapia observó a través del único microscopio balístico de la ciudad casquillos y balas de cinco armas utilizadas para matar a cuatro personas en un bar en la Amazonía.

Las marcas distintivas de los percutores de armas individuales, visibles bajo un microscopio de alta potencia, permiten a los técnicos cotejar las balas con las armas u otras balas disparadas con la misma arma.

"La aguja percutora le deja una marca que es más efectiva (para rastrear) que la huella dactilar de una persona", dijo el teniente coronel Benjamín Molina, jefe de la unidad de investigación de tráfico de armas y explosivos de la Policía Nacional.

Tapia pasará las próximas horas estudiando 126 casquillos de bala de distintos tamaños, dijo a Reuters.

Sus hallazgos se compararán con una base de datos de balas y casquillos de la policía nacional.

Encontrar una coincidencia es más sencillo si la policía también recupera el arma, lo que permite a técnicos como Tapia comparar las marcas en el cañón con las dejadas en las balas.

Las armas incautadas se comparan con bases de datos internacionales administradas por Estados Unidos e Interpol.

El personal forense no dijo si se habían recuperado las armas del caso de la Amazonía.

A diferencia de su vecina Colombia, que ha luchado contra las redes de narcotráfico durante décadas con miles de millones de dólares de apoyo de Estados Unidos y otros, Ecuador hasta hace poco era considerado uno de los países más seguros de la región y un destino para turistas y jubilados extranjeros.

Pero después de una mayor interdicción de drogas a lo largo del Pacífico colombiano, los traficantes cambiaron su ruta hacia Ecuador. Los delitos violentos se dispararon y el año pasado se registraron 7.994 asesinatos, casi seis veces más que en 2020.

La policía de Ecuador ha identificado siete rutas de tráfico de armas, dijo la oficina de Noboa.

Tres de ellas pasan por tierra a través de Perú, mientras que una cuarta ruta ingresa al norte de Ecuador cerca de la frontera con Colombia, aunque la policía no especificó si las armas procedían de allí.

RUTAS DEL TRÁFICO DE ARMAS DESDE EE.UU

Tres rutas más de tráfico de armas se originan en Estados Unidos: una vía aérea desde Miami hasta la costa de Manta, otra a través de Lima y luego por tierra, y una tercera por mar a través de las históricas Islas Galápagos, dijeron la policía y la oficina de Noboa.

La policía dijo que también encontró piezas de armas enviadas por servicios de mensajería desde Miami o producidas mediante impresión 3D en territorio ecuatoriano.

En abril del año pasado, la policía confiscó una impresora 3-D en la provincia costera de Manabí que, según dijeron, se utilizó para fabricar hasta 20 piezas de armas.

La policía no quiso compartir estimaciones sobre los precios de las armas ilegales, pero el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado dijo que pistolas populares como las Glock cuestan hasta 4.000 dólares nuevas y 500 dólares usadas.

Las armas más grandes, como rifles, pueden costar entre 8.000 y 15.000 dólares, dijo el grupo de investigación, mientras que las armas con piezas fabricadas en 3D llegarían a costar unos 3.000 dólares. También hay mercado para armas de fabricación artesanal, afirmó.

La policía incautó casi 10.000 armas en todo Ecuador el año pasado, según datos policiales, más de la mitad de ellas revólveres o pistolas, cerca del doble del número de incautaciones en 2019.

Al menos una cuarta parte de las armas rastreadas fueron adquiridas legalmente en Estados Unidos, pero en general no tienen registro de entrada legal a Ecuador, dijo la policía.

Las autoridades también han rastreado unas 36 armas que fueron exportadas legalmente desde Estados Unidos a Perú y luego contrabandeadas a Ecuador, según Molina, jefe de la unidad de investigación del tráfico de armas.

Las autoridades peruanas dijeron a Reuters que en marzo allanaron tres empresas que transportaban armas en el mercado negro y acusaron penalmente a 18 personas.

Molina agregó que la policía también estaba investigando la posibilidad de que bandas ecuatorianas pudieran estar intercambiando cocaína por armas con los cárteles mexicanos.

Desde 2022, Ecuador ha aumentado su cooperación con Estados Unidos para combatir el tráfico de armas, obteniendo acceso a la base de datos de Internet eTrace de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).

El año pasado, la ATF rastreó más de 500 armas de fuego incautadas en Ecuador, dijeron el Departamento de Estado y la ATF en un comunicado conjunto, en comparación con las menos 100 rastreadas durante el 2021.

Sin embargo, algunos analistas dicen que sin un plan específico para abordar el problema, las incautaciones de armas y municiones seguirán siendo una mera ventaja de las redadas de drogas.

"No hay un proceso de seguimiento de inteligencia para poder ubicar a los proveedores y sistemas y adelantarse a las acciones de tráfico de armas", dijo el exjefe de inteligencia del Ejército y analista en seguridad, Mario Pazmiño. "La trazabilidad es un mecanismo de control inicial básico, pero se sigue metiendo armas al país".

La oficina de Noboa dijo que las fuerzas de seguridad habían tenido varios éxitos contra los traficantes de armas, incluida la incautación de 2.291 armas desde la declaración de guerra del presidente a las bandas delictivas en enero.

(Reporte de Alexandra Valencia en Quito, reporte adicional de Yury García en Guayaquil y Marco Aquino en Lima. Editado por Julia Symmes Cobb,)