El mercado mundial de 2.000 millones de dólares de compensación voluntaria de emisiones de carbono implica a empresas que compran créditos de proyectos de reducción de emisiones, como las energías renovables o la plantación de árboles, para compensar sus propias emisiones.

Zimbabue afirma que las organizaciones que llevan a cabo proyectos de créditos de carbono en el país carecían en gran medida de regulación, ya que sólo estaban registradas en los ayuntamientos y los líderes comunitarios tradicionales, por lo que no existen datos fiables sobre el tamaño del mercado de carbono de Zimbabue.

El gobierno quiere ahora que todos los proyectos de carbono se registren ante las autoridades en los próximos dos meses.

Se quedará con el 50% de todos los ingresos de los proyectos de carbono, con los inversores extranjeros limitados al 30% y el saldo del 20% destinado a las comunidades locales, según declaró a última hora del lunes el ministro de Medio Ambiente y Clima de Zimbabue, Mangaliso Ndlovu.

"Estamos decididos a asegurarnos de que los recursos de la financiación climática, destinados a empoderar al país, reviertan en los más merecedores. No queremos casos de lavado climático", declaró Ndlovu durante el lanzamiento de la nueva política del mercado del carbono.

Carbon Green Africa (CGA), una empresa zimbabuense que se ha asociado con la suiza South Pole en el proyecto de protección forestal Kariba, de 785.000 hectáreas, que ha vendido 23 millones de créditos de carbono desde 2011, dijo que estaba esperando a ver cómo afectaría la nueva política a los proyectos existentes.

CGA espera que las normas sobre los ingresos del carbono fomenten una mayor participación de la comunidad en los proyectos de conservación, según declaró a Reuters su socio gerente, Charles Ndondo.

"Necesitamos ver que el dinero va a las comunidades respectivas para que no sigan diezmando los bosques si entienden que van a obtener beneficios de ellos", dijo Ndondo.