La noticia llega después de que la empresa presentara el mes pasado un plan para recortar puestos de trabajo y reorganizarse en torno a la fabricación de furgonetas ante un entorno económico difícil.

Las empresas emergentes de vehículos eléctricos que prometían trastocar la industria del automóvil se esfuerzan ahora por mantener los costes en medio de los problemas de la cadena de suministro y el aumento de los precios de las materias primas.

Arrival, con sede en Londres, que espera empezar a producir sus furgonetas en el tercer trimestre y entregarlas a finales de año, había recibido la aprobación de la UE para operar sus autobuses eléctricos en las carreteras públicas.

Sin embargo, su máximo responsable, Denis Sverdlov, dijo que la empresa aplazaría el gasto en las "microfábricas" de producción de autobuses y en las pruebas con los clientes hasta que consiguiera capital adicional.

La pérdida neta de la empresa en el segundo trimestre se amplió a 89,6 millones de dólares, frente a los 56,2 millones del año anterior.

Las acciones de Arrival cotizaban a 1,61 dólares en la sesión matinal.