Por Jesús Aguado

MADRID, 29 ene (Reuters) - BBVA tiene previsto recomprar alrededor del 10% de sus acciones, por valor de aproximadamente 2.600 millones de euros (3.200 millones de dólares), tras la venta de su negocio en Estados Unidos, y también está estudiando la posibilidad de recortar costes en una nueva reestructuración de su mercado doméstico, España.

El segundo banco del país vendió su negocio estadounidense por 11.600 millones de dólares a PNC en noviembre, y señaló que podría utilizar parte de los ingresos en una recompra de acciones o el pago de dividendos.

El consejero delegado, Onur Genç, dijo que el banco tenía previsto anunciar medidas de reducción de costes en las regiones de bajo crecimiento para hacer frente a la pandemia del COVID-19 y a un cambio en los hábitos de los clientes. Entre estas medidas se incluiría un posible programa de reestructuración rápida en España, que comenzaría en el primer semestre del año.

"Estamos muy comprometidos en explorar diferentes opciones en geografías de bajo crecimiento, especialmente en España, en el centro corporativo", dijo Genç. BBVA cuenta con unos 29.300 empleados en España de un total de 123.000 en todo el mundo.

El beneficio neto de BBVA en España cayó un 48% en el cuarto trimestre frente al mismo trimestre de 2019.

El banco dijo que la venta en Estados Unidos dejaría su ratio de capital básico de nivel 1 "fully loaded" en términos proforma --la medida más estricta de solvencia en el sector-- en el 14,58%, según datos de finales de diciembre de 2020.

El ratio de capital de BBVA aumentó en el cuarto trimestre en 21 puntos básicos, hasta el 11,73%, lo que llevó al banco a aumentar su objetivo de ratio de capital hasta el 11,5%-12%, frente al 10,84%-11,34% anterior.

Genç dijo a los analistas que cualquier "disponibilidad de exceso de capital" no obligaría al banco a emprender automáticamente una adquisición de otra entidad, ya que las eventuales adquisiciones se realizarían solo si crear valor para los accionistas.

El BBVA había mantenido conversaciones de fusión con su competidor más pequeño, Sabadell, pero el plan se vino abajo en noviembre tras no llegar a un acuerdo sobre el precio.

El banco tiene previsto pagar un dividendo bruto en efectivo de 0,059 euros por acción sobre los beneficios de 2020 y volver a su política de distribuir el 35-40% de los beneficios a los accionistas en 2021, en línea con las directrices del Banco Central Europeo.

BBVA dijo que su política de recompra y de dividendos prevista está sujeta a las condiciones del mercado y a las aprobaciones regulatorias.

La recompra y posterior amortización de acciones propias es un forma de retribución a los accionistas alternativa a los dividendos, ya que, al eliminar acciones, las que todavía están en circulación incrementan su valor.

Las acciones de BBVA caían un 2,2%, en parte porque analistas de bancos como Merrill Lynch esperaban una recompra de acciones mayor, del 13%.

Otros analistas, en KB&W, dijeron que el programa de recompra previsto por BBVA no eliminaba las opciones de fusión.Jefferies destacó un deterioro de la calidad de los activos en México, el principal mercado de BBVA, hasta el 3,33% desde el 2,36% del cuarto trimestre de 2019.

En conjunto, BBVA obtuvo un beneficio neto en el cuarto trimestre de 1.320 millones de euros, frente a pérdidas en el mismo periodo de 2019. El margen de intereses (los ingresos por los préstamos menos los costes de los depósitos) cayó un 14,2%, hasta 4.040 millones, ligeramente por debajo de las previsiones del mercado de 4.100 millones.

El beneficio neto del año completo cayó un 63% debido a las provisiones para cubrir las consecuencias económicas de la pandemia, incluido un ajuste del fondo de comercio de 2.080 millones de euros en Estados Unidos.

Los bancos de toda Europa están sometidos a la presión del aumento de la morosidad y de los bajos tipos de interés. El viernes, el también español Caixabank informó de un descenso del 19% en el beneficio neto de 2020.

Para 2021, BBVA dijo que esperaba que su coste de riesgo, que mide el coste de la gestión de los riesgos crediticios y las pérdidas potenciales y puede indicar futuras provisiones, se mantuviera por debajo de los niveles de 2020. El banco terminó el año con un coste de riesgo de 151 puntos básicos, en el extremo inferior de su orientación de 150 y 160 puntos básicos para el año.

(Editado por Inti Landauro; traducido por Tomás Cobos)