Japón intentará de nuevo este fin de semana lanzar su nuevo cohete insignia, el H3, en un intento de restaurar su programa espacial después de que el fallido vuelo inaugural del propulsor el año pasado descarrilara los planes de exploración planetaria y de satélites.

Junto con el histórico alunizaje "milimétrico" de su nave espacial SLIM el mes pasado, un despegue exitoso del H3 demostraría las capacidades espaciales de Japón a su estrecho aliado Estados Unidos como contrapeso al poderío militar y tecnológico de China.

"Para Japón, el éxito del H3 es crucial para demostrar al mundo que es capaz de lanzar satélites de forma continua", declaró Kazuto Suzuki, profesor de la Universidad de Tokio especializado en política espacial. "Fabricar una buena nave espacial no tiene sentido si no se puede lanzar en un cohete".

La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) tiene previsto lanzar su segundo H3 el sábado desde su Centro Espacial de Tanegashima, en el sur de Japón. JAXA ha retrasado el lanzamiento dos días para evitar fuertes vientos y truenos.

Desarrollado por la JAXA y el contratista principal Mitsubishi Heavy Industries, el H3 debía sustituir al cohete H-IIA, de dos décadas de antigüedad, y reducir los costes por lanzamiento a la mitad, hasta un mínimo de cinco mil millones de yenes (33,2 millones de dólares).

Pero el primer vuelo del H3 en marzo acabó con el control en tierra destruyendo el cohete en pleno vuelo porque su motor de segunda etapa no se encendió. JAXA enumeró tres posibles fallos eléctricos en una revisión publicada en octubre, pero no pudo identificar la causa directa.

Los dos lanzamientos recientes del H-IIA, que no tuvieron problemas, han aumentado las esperanzas en el segundo intento del H3, según declaró el mes pasado Masayuki Eguchi, director del negocio de defensa y espacio de Mitsubishi Heavy.

El H-IIA ha volado con éxito 47 de las 48 veces desde 2001, pero JAXA lo retirará tras dos disparos más.

El fallido vuelo inicial del H3 provocó la pérdida de un satélite de observación terrestre de 28.000 millones de yenes, el ALOS-3. Los contratiempos del H3 y de otro pequeño cohete, el Epsilon, han provocado retrasos generalizados en los lanzamientos de satélites japoneses.

El lanzamiento del H3 del sábado transporta una masa ficticia de 2,6 toneladas en forma de mancuerna que simula la carga útil de un satélite. Dos microsatélites de observación de la Tierra, uno de Canon Electronics y otro de Seiren, van a bordo como cargas útiles secundarias. EL PAISAJE HA CAMBIADO RADICALMENTE

El cohete H3 de 63 m (297 pies) de JAXA puede transportar al espacio una carga útil de 6,5 toneladas, más que el máximo de 6 toneladas del H-IIA, y volar de forma más barata gracias a la adopción de estructuras más sencillas y componentes electrónicos de calidad automovilística. El operador del lanzamiento, Mitsubishi Heavy, espera lanzar seis H3 al año una vez establecida una producción estable.

Asegurar un acceso barato e independiente al espacio es la mayor misión del H3, ya que Japón prevé planes espaciales cada vez más ambiciosos con lanzamientos más frecuentes. El H3 también tiene la misión de transportar un módulo de aterrizaje lunar para el proyecto conjunto Japón-India LUPEX y una nave espacial de carga para el programa de exploración lunar Artemis, liderado por Estados Unidos.

Otro objetivo es conseguir pedidos de clientes mundiales, ya que la demanda de lanzamiento de satélites se ha disparado gracias a vehículos comerciales asequibles como el Falcon 9 reutilizable de SpaceX. La Agencia Espacial Europea también tiene previsto lanzar este año por primera vez su cohete de menor coste Ariane 6, tras el exitoso vuelo inaugural el mes pasado del cohete Vulcan de United Launch Alliance, una empresa conjunta de Boeing y Lockheed Martin.

"El panorama ha cambiado radicalmente en la década transcurrida desde que iniciamos el desarrollo del H3", declaró el martes en una conferencia de prensa Masashi Okada, director del proyecto H3 de JAXA.

Okada afirmó que el H3 podría aprovechar la floreciente demanda de vehículos de lanzamiento, pero que requeriría "diversos y continuos esfuerzos" para ajustarse a las necesidades del mercado y a la competencia.

A diferencia del ágil proceso de desarrollo de SpaceX, centrado en frecuentes vuelos de prueba, el estilo de ingeniería japonés se centra en la eliminación de errores, lo que provocó la pausa de 11 meses tras el lanzamiento fallido del H3, afirmó Ko Ogasawara, profesor de la Universidad de Ciencias de Tokio y antiguo ingeniero aeroespacial de Mitsubishi Heavy.

"Esto puede parecer lento... pero estamos tomando el camino más fiable con un mínimo de recursos", dijo Ogasawara.

En el mercado de los cohetes pequeños, la empresa emergente Space One, con sede en Tokio, lanzará su Kairos el 9 de marzo, mientras que JAXA no ha podido programar el primer lanzamiento del nuevo Epsilon S. Kairos espera convertirse en la segunda serie de cohetes comerciales japoneses en llegar al espacio tras el MOMO de Interstellar Technologies en 2019. (1 $ = 150,5000 yenes) (Reportaje de Kantaro Komiya; Edición de Gerry Doyle)