El anuncio se produce después de que los medios de comunicación informaran la semana pasada de que el gobierno australiano podría bloquear el acuerdo, en lo que supondría su primer veto desde que anunciara en julio una reorganización de las leyes de inversión extranjera del país.

Kirin dijo en un comunicado que las dos empresas habían acordado rescindir el acuerdo de transferencia de 600 millones de dólares australianos (430 millones de dólares), firmado el pasado mes de noviembre, porque era improbable que se obtuviera la aprobación de la Junta de Revisión de Inversiones Extranjeras (FIRB).

El Australian Financial Review informó la semana pasada de que el Tesorero Josh Frydenberg había ido en contra del consejo de la FIRB, que estaba a favor de aprobar el acuerdo. El acuerdo había obtenido la aprobación del regulador de la competencia de Australia en febrero.

Las leyes revisadas otorgan al tesorero el poder de último recurso para modificar o imponer condiciones a los acuerdos incluso después de la aprobación de la FIRB, o para forzar la desinversión en caso de riesgo para la seguridad nacional.

Los cambios se produjeron en un contexto de creciente tensión entre China y Australia, después de que Canberra pidiera una investigación internacional sobre los orígenes del nuevo coronavirus, del que se informó por primera vez en China a finales del año pasado.

La venta de Lion-Dairy habría hecho avanzar la estrategia de Kirin de deshacerse de los activos de bajo rendimiento, al tiempo que daba al gobierno chino el control de parte de las marcas domésticas australianas como Pura, Dairy Farmers y la leche de sabores Moove.

"Este es un resultado desafortunado, pero la reactivación y la reestructuración de Lion-Dairy y Drinks son una prioridad absoluta y seguiremos buscando los mejores escenarios para el negocio con Lion", dijo Kirin en un comunicado.