La instalación de biochorro, construida en Sinopec Zhenhai Refining & Chemical Co y capaz de procesar 100.000 toneladas de aceite de cocina usado o "aceite de tripa" cada año, allana el camino para que Sinopec inicie la fabricación comercial del biocombustible.

El combustible de biochorro reduce la emisión de dióxido de carbono a más de la mitad en todo su ciclo de vida, añadió Sinopec.

Sinopec comenzó a desarrollar el combustible desde 2009 y en 2014 obtuvo el primer certificado de aeronavegabilidad del país para el combustible.

La Agencia Internacional de la Energía predijo a finales de 2021 que la demanda mundial de biochorro podría oscilar entre 2.000 y 6.000 millones de litros para 2026, frente a los cerca de 0,1 mil millones de litros.