El lobby químico alemán VCI recortó el viernes sus ya sombrías previsiones para el año, ya que los elevados precios de la energía y los problemas estructurales de Alemania como emplazamiento empresarial dificultan la industria.

El riesgo de bulto que suponen "los elevados precios de la energía y los impuestos de sociedades, el empeoramiento de las infraestructuras, la escasez de trabajadores cualificados, la digitalización mediocre y la locura burocrática roban la confianza a nuestros empresarios", afirmó el presidente de VCI, Markus Steilemann, que también es director ejecutivo de Covestro.

La asociación, que representa a unas 1.900 empresas, prevé ahora que en 2023 los volúmenes de producción del sector químico, incluido el farmacéutico, caigan un 8%, frente al descenso del 5% previsto anteriormente.

Se prevé que las ventas en el tercer sector industrial más importante de Alemania disminuyan un 14%, el doble de la previsión anterior.

Para el primer semestre del año, VCI registró una caída del 10,5% en la producción industrial, incluidos los productos farmacéuticos, y un descenso del 11,5% en las ventas, mientras que los precios de producción sumaron un 5%. En los dos últimos meses, una serie de empresas químicas de Alemania, donde los precios de la energía se encuentran entre los más altos de Europa, entre ellas el líder del sector BASF, han recortado sus previsiones.

Esta rama de gran consumo energético, que abastece al sector industrial clave de Alemania, se enfrenta a una caída sin precedentes del volumen de pedidos, ya que los clientes reducen sus existencias en un entorno de alta inflación que frena la demanda.

La mediocre recuperación económica de China, que representa más del 40% de la demanda mundial de productos químicos, y la creciente competencia de los competidores chinos también han lastrado los volúmenes.

A principios de esta semana, el organismo europeo de la industria química Cefic advirtió de que el sector se enfrenta a una "tormenta perfecta", con una previsión de caída de los volúmenes de alrededor del 8% este año.

La industria química alemana puede considerarse un barómetro de la economía de la región en general, ya que produce componentes materiales utilizados en diversas ramas que van desde la automoción y la construcción hasta la agricultura y los textiles.