La aerolínea de bandera de Israel dijo el jueves que perdió 140 millones de dólares en el periodo octubre-diciembre al operar sólo un puñado de vuelos, frente a una pérdida neta de 31,5 millones de dólares un año antes. Los ingresos cayeron a 111,6 millones de dólares -73 millones procedentes de actividades de carga- frente a los 518 millones de dólares.

Para todo el año 2020, cuando el COVID-19 cerró las fronteras de Israel a los extranjeros y redujo significativamente las operaciones de la aerolínea, la pérdida de El Al se hinchó a 531 millones de dólares desde los 60 millones de dólares de 2019.

La semana pasada, el gobierno de Israel acordó un rescate de 210 millones de dólares para El Al, que cambió de manos a finales de 2020 y se vio obligada a recortar un tercio de su plantilla, es decir, 2.000 trabajadores, y otros costes. El Estado también exigió al nuevo propietario, Eli Rozenberg, que inyectara más efectivo en la aerolínea.

El Al, que también cuenta con un nuevo consejo de administración y una nueva dirección, lleva dos años registrando pérdidas y acumulando deudas para renovar su flota. Suspendió los vuelos regulares de pasajeros el pasado mes de marzo, al comienzo de la crisis sanitaria, cuando Israel cerró sus fronteras a la mayoría de los ciudadanos extranjeros, lo que agravó sus problemas financieros.

Israel ha comenzado a abrir de nuevo algunas rutas internacionales a sus ciudadanos, pero de forma limitada, alegando la preocupación por las nuevas variantes del coronavirus, pero no estaba claro cuándo se permitiría el regreso de los turistas.

El director general, Avigal Soreq, dijo que, junto con la aplicación de un plan de eficiencia y un aumento gradual de las operaciones en 2021, la aerolínea estaba trabajando en un plan plurianual para salir de la crisis.

El Al "prevé volver a un ámbito de actividad comercial en 2022 que produzca un flujo de caja positivo, seguido de la aplicación de un plan de negocio para el crecimiento y la rentabilidad a largo plazo", dijo Soreq.