Saipem, participada por el grupo energético Eni y el prestamista estatal italiano CDP, se ha comprometido a vender activos por valor de 1.500 millones de euros para reforzar su balance después de que su advertencia de beneficios de enero de 2022 hiciera caer sus acciones un 30%.

El año pasado recaudó casi la mitad de la suma prevista, en parte gracias a la desinversión de su negocio de perforación en tierra.

"Entregaremos los 750 millones de euros restantes", declaró Puliti en una conferencia telefónica posterior a los resultados.

El año pasado tuvo que completar una ampliación de capital salvavidas de 2.000 millones de euros para tapar un agujero en su balance causado por los sobrecostes en varios proyectos eólicos marinos.

A última hora del lunes, el grupo dijo que había elevado sus expectativas de beneficios para 2023 y los próximos años tras superar los objetivos de 2022, ya que su plan de reestructuración empezaba a dar frutos.

Tras una revisión de la estrategia anunciada en marzo, la pérdida neta ajustada se redujo a 139 millones de euros el año pasado desde los 1.900 millones de euros de 2021.

Saipem, líder del mercado en exploración y construcción submarina y proveedor de servicios a la industria petrolera, dijo la semana pasada que había sellado un acuerdo comercial con la noruega Seaway7 para licitar y ejecutar conjuntamente proyectos fijos de energía eólica marina.

A la pregunta de si el acuerdo con el grupo noruego podría evolucionar hacia una alianza más amplia, Puliti no descartó una evolución posterior y calificó el acuerdo comercial como un primer paso muy importante.

A pesar de avanzar en su cambio de rumbo, Saipem no se comprometió por ahora a pagar dividendos.

"No podremos definir una política de dividendos antes de 2024", dijo Calcagnini, director financiero de Saipem.

(1 dólar = 0,9428 euros)