GameStop no alcanzó las estimaciones de ingresos trimestrales el miércoles, ya que los consumidores redujeron el gasto en una economía incierta, obstaculizando el pivote del minorista de videojuegos a un modelo más centrado en línea.

La inflación estancada y los elevados costes de los préstamos han provocado un gasto desigual en la industria del videojuego. Recientemente, dos de los principales actores, entre ellos Take-Two Interactive Software, ofrecieron unas previsiones poco halagüeñas.

Las acciones de GameStop cayeron casi un 3% en las operaciones prolongadas. Sus resultados son los primeros desde que el principal inversor Ryan Cohen se incorporó como consejero delegado y presidente a finales de septiembre, reforzando su control sobre la alicaída empresa.

Cohen redobló la presión sobre los costes, centrándose en la "frugalidad extrema", informó la CNBC en septiembre, citando un correo electrónico enviado por él a los empleados.

Los gastos de GameStop en el tercer trimestre se redujeron en casi un 24%, hasta los 296,5 millones de dólares, y la empresa logró registrar un beneficio por acción ajustado al punto de equilibrio, frente a las estimaciones de LSEG de una pérdida de 9 céntimos por acción.

Cohen, que inicialmente había intentado dirigir GameStop agresivamente hacia el comercio electrónico, ha dado marcha atrás en algunos de los planes y ha apostado más por las tiendas de ladrillo y mortero, utilizándolas como lugares donde los clientes pueden recoger los pedidos en línea.

GameStop registró unos ingresos de 1.080 millones de dólares en el tercer trimestre, frente a las estimaciones de 1.180 millones, según cinco analistas encuestados por LSEG.