La solicitud es un golpe para la industria automovilística británica, que según funcionarios y expertos necesita plantas de baterías para VE para evitar que gran parte de la producción de automóviles del país se traslade a Europa continental.

Britishvolt había estado en conversaciones con posibles compradores, incluidos algunos de sus primeros inversores, tras conseguir en noviembre un salvavidas de financiación a corto plazo para ayudar a mantenerla a flote.

El martes se comunicó a la mayoría del personal de la empresa que se les despedía con efecto inmediato, según una fuente familiarizada con el asunto.

Britishvolt había esbozado previamente planes para una planta de 3.800 millones de libras (4.640 millones de dólares) y 38 gigavatios-hora en el norte industrial de Inglaterra para construir baterías para vehículos eléctricos.

Pero en verano, Britishvolt sólo había recaudado unos 200 millones de libras y había retrasado su calendario de producción.

El gobierno británico del ex primer ministro Boris Johnson había promocionado el proyecto de Britishvolt como un hito importante hacia la construcción de una industria de vehículos eléctricos, mientras el país se encamina hacia la prohibición de los coches con motor de combustión en 2030.

Britishvolt había recibido el respaldo del gigante minero Glencore, que inició una ronda de financiación para la startup el pasado mes de febrero.

(1 $ = 0,8189 libras)