(MT Newswires) -- En 2021, Hertz, una empresa de alquiler de coches en quiebra, fue adquirida por dos expertos financieros que decidieron apostar por los coches eléctricos encargando 100.000 vehículos Tesla. Esta ambiciosa elección, vista inicialmente como una revolución para modernizar una empresa centenaria, se convirtió rápidamente en un costoso fracaso.

El artículo revela que el proyecto parecía prometedor al principio. La idea era sustituir los coches de gasolina por Teslas, marcando el paso de Hertz al siglo XXI. Pero pronto se pusieron de manifiesto varios obstáculos importantes.

En primer lugar, la demanda de vehículos eléctricos de alquiler no respondía a las expectativas. Los primeros en adoptarlos ya poseían VE, mientras que el público en general aún no estaba preparado para dar el paso. Además, los nuevos conductores de Tesla solían verse implicados en costosos accidentes, que suponían importantes costes para Hertz e inmovilizaban los vehículos durante largos periodos.

La situación empeoró en 2023, cuando Elon Musk recortó repetidamente los precios de Tesla en una estrategia para ganar cuota de mercado, provocando una rápida devaluación de la flota de Hertz e infligiendo pérdidas multimillonarias a la empresa en términos de depreciación.

Ante estos retos, Hertz decidió dar un paso atrás. La empresa vendió 20.000 Teslas y reintrodujo los coches de gasolina en su flota. En el marco de esta reorientación, Gil West, antiguo director de operaciones de Delta Airlines, tomó las riendas de Hertz. Sustituye a Stephen Schur, ex director financiero de Goldman Sachs y consejero delegado de Hertz durante dos años, quien admite que no es el hombre adecuado para el puesto.

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