Intesa ha superado la feroz oposición de la dirección de UBI para hacerse con el banco de segunda categoría más saneado de Italia, en una operación que ha conmocionado al sector y ha sentado las bases para una posible nueva consolidación.

"Es una partida de ajedrez y este primer movimiento importante tendrá consecuencias para todo el sector", dijo Massimo Masi, jefe del sindicato UILCA.

Intesa ha dicho que el acuerdo preparará al nuevo grupo, el mayor de Italia con unos 950.000 millones de euros en activos, para desempeñar un papel más importante en Europa.

Un generoso aumento de las condiciones de la oferta ayudó a Intesa a cruzar a principios de esta semana el umbral crítico de la mayoría de dos tercios, que garantiza la aprobación de las decisiones extraordinarias de los accionistas.

Intesa planea fusionar UBI con el grupo para maximizar los ahorros y alcanzar un objetivo de 700 millones de euros en sinergias a partir de 2024.

La aceptación final ha superado las expectativas. Intesa había previsto que la aceptación podría alcanzar el 85% en el mejor de los casos, según han declarado a Reuters fuentes cercanas al asunto.

Intesa ofrecerá ahora la compra de las acciones residuales de UBI y los inversores podrán elegir entre presentarlas en los mismos términos de la oferta o recibir en efectivo el valor de sus acciones de UBI en base a una media de cinco días calculada hasta el jueves.

Tras nombrar un nuevo consejo de administración en UBI a más tardar a mediados de octubre, Intesa podrá completar a finales de año la venta de 532 sucursales, en su mayoría de UBI, que se ha comprometido a escindir para obtener la aprobación antimonopolio.

Se espera que se convoque una junta de accionistas de UBI en la primavera de 2020 para aprobar formalmente la fusión con Intesa.