Jaguar Health, Inc. ha anunciado que los resultados de un estudio piloto independiente de fase 2 del crofelemer para el tratamiento de la diarrea asociada al neratinib en pacientes con cáncer de mama HER2+ en estadio inicial indican que el crofelemer, el fármaco de la empresa aprobado por la FDA, puede ser eficaz para el tratamiento de la diarrea inducida por el neratinib. Los resultados del estudio, que fue diseñado por el investigador principal del estudio, Jo Chien, MD, y publicado en la revista revisada por expertos Clinical Breast Cancer, son coherentes con los resultados de un estudio preclínico con perros que evaluaba los efectos del crofelemer en la mejora de la diarrea asociada al neratinib, un inhibidor de la tirosina quinasa (TKI), presentado en la II Reunión Anual Virtual de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer en junio de 2020. Estos resultados también respaldan el ensayo OnTarget de fase 3 en curso de la empresa, que evalúa el crofelemer para la profilaxis de la diarrea en pacientes adultos con cáncer que reciben terapia dirigida con o sin quimioterapia.

El ensayo OnTarget evalúa la profilaxis con crofelemer en pacientes con cáncer con distintos tipos de tumores que reciben diferentes terapias dirigidas y ha finalizado recientemente su inscripción. Los resultados de primera línea del ensayo clínico de fase 3 InTarget en curso de la empresa se esperan para finales de octubre de 2023. Una proporción significativa de pacientes sometidos a terapia contra el cáncer experimenta diarrea, y la diarrea tiene el potencial de causar deshidratación, posibles infecciones y falta de adherencia al tratamiento en esta población.

Los nuevos agentes de "terapia dirigida contra el cáncer", como los anticuerpos contra el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) y los inhibidores de la tirosina quinasa (TKI), con o sin agentes quimioterapéuticos de ciclo, pueden provocar un aumento del contenido de electrolitos y fluidos en la luz intestinal, lo que se traduce en la evacuación de heces blandas/acuosas (es decir, diarrea). La diarrea también es un efecto secundario frecuente de algunos inhibidores CDK 4/6 aprobados. Los pacientes con CTD tienen un 40% más de probabilidades de interrumpir su quimioterapia o terapia dirigida que los pacientes sin CTD, y se calcula que el coste de la atención de los pacientes con CTD es 2,9 veces superior al de los pacientes que no la padecen.