Las ventas de Gucci han ido a la zaga de rivales como Louis Vuitton y Dior, propiedad de LVMH, en los últimos años, lo que ha llevado a la empresa a cambiar de dirección artística con el nombramiento de De Sarno.

El italiano de 40 años, un relativo desconocido cuando fue nombrado en enero del año pasado, ha introducido estilos más pulidos y tonificados en la marca en sus primeros desfiles en septiembre del año pasado y en enero de 2024.

El diseñador ya está causando revuelo. La cantante Miley Cyrus lució el domingo en Los Ángeles un brillante vestido de lentejuelas marrones de Gucci diseñado por él mientras recogía uno de sus premios Grammy.

Aunque las cifras financieras de fin de año de Kering no reflejarán las ventas de los nuevos looks de De Sarno -que no empezaron a llenar las tiendas hasta este año-, el tono de las perspectivas de los ejecutivos de Kering será observado con atención en busca de pistas sobre su éxito potencial.

Gucci representa alrededor de dos tercios del beneficio operativo de Kering y más de la mitad de sus ventas. Otras marcas de Kering son Yves Saint Laurent, Bottega Veneta y Balenciaga.

En los meses anteriores al debut del diseñador en la pasarela de Milán, los ejecutivos de Kering habían sentado las bases impulsando la marca hacia el mercado de lujo y haciendo hincapié en los estilos clásicos, como el bolso Bamboo 1947, con su característica asa curvada.

"La historia de la recuperación de Gucci sigue siendo difícil de calibrar en esta etapa y cualquier orientación en torno al crecimiento de los ingresos brutos o las perspectivas de margen para [2024] estará particularmente en el punto de mira", dijeron los analistas de Barclays.

Es poco probable que Gucci haya mostrado una mejora significativa, dado el impacto limitado del nuevo diseñador, dijeron los analistas de RBC.

Se espera que el grupo registre un descenso global de las ventas del 4,3%, según RBC, y que a la marca Gucci le haya ido marginalmente mejor, con un descenso del 4,1%, según una estimación de HSBC.

La revisión de la marca Gucci se produce en un momento en que el sector se recupera de un fuerte repunte posterior a la pandemia, con el aumento de los precios haciendo mella en el apetito de los compradores menos pudientes.

Las marcas más resistentes han resultado ser las que se dirigen a los más adinerados, como Hermes y Cartier, propiedad de Richemont.

La marca más asequible Burberry, que está intentando subir de categoría, emitió un aviso de beneficios el mes pasado.

De Sarno, que anteriormente trabajó entre bastidores en la casa de moda Valentino, ha aportado un enfoque realista a su posición de alto perfil, dicen los expertos en moda. Sus notas para los desfiles han hecho referencia a la "vida real" y a la "sencillez".

Los analistas de Bernstein afirman que el cambio estético, que describen como "bon chic, bon genre" - preppy o pijo - hace que la colección sea "más comercial", según los analistas.

Esperan más "originalidad" y señalan las tasas de crecimiento más rápidas de la marca con diseñadores anteriores como Tom Ford.

De Sarno se muestra imperturbable ante las críticas.

"Hago lo que me gusta y si lo que me gusta es algo comercial, de acuerdo", declaró en un acto celebrado en Milán a principios de esta semana.