"Durante los dos últimos meses, los problemas de capacidad de control del tráfico aéreo en Copenhague han causado problemas considerables a las compañías aéreas, los aeropuertos y, no menos importante, a nuestros pasajeros", declaró en un comunicado Anko van der Werff, consejero delegado de SAS.

"Buscaremos una compensación por los costes de irregularidad causados por la situación", dijo sin dar más detalles.

Naviair, la empresa que controla el tráfico aéreo en el espacio aéreo danés, prescindió de 46 controladores aéreos en despidos voluntarios durante la pandemia de COVID-19, dejando que el personal restante hiciera turnos adicionales remunerados al recuperarse posteriormente los viajes.

Pero los controladores de Naviair a finales de abril empezaron a rechazar el trabajo extra en un conflicto sobre las horas de trabajo, lo que provocó retrasos y cancelaciones.

Norwegian Air, rival de SAS, también expresó el mes pasado su preocupación por la situación en Copenhague, añadiendo que esto podría perturbar el intenso tráfico del verano.