NÜRNBERG (dpa-AFX) - Los accionistas del proveedor automovilístico Leoni, con sede en Núremberg, se ven amenazados con un recorte masivo de capital. Tras el fracaso de la venta de una parte de la empresa, el especialista en sistemas de cableado y alambrado, altamente endeudado, necesita urgentemente recaudar dinero fresco. "Las negociaciones en curso sugieren que no habrá solución sin una reducción de capital por parte de los accionistas", anunció Leoni el viernes en Nuremberg. Si se aplican las medidas que probablemente sean necesarias, "los accionistas actuales se verían diluidos en la mayor medida posible con su participación actual". Lo que se quiere decir es que las acciones perderían parte de su valor. Los bancos implicados también tendrían que renunciar a una parte de sus créditos ya vencidos a finales de año.

El precio de las acciones de Leoni se desplomó casi a la mitad el viernes. A veces, las acciones cuestan sólo 3,15 euros. Antes de conocerse la noticia a primera hora de la tarde, el precio de la acción aún superaba los 6 euros.

Según la propia información de Leoni, la empresa soporta una deuda financiera neta de unos 1.500 millones de euros. Una gran parte de ello habría vencido a finales de año. El producto de la venta de la rentable división de cable debería haberse utilizado para el reembolso parcial. Según los planes, esto habría aportado unos 400 millones de euros a las arcas de Leoni. Tras la salida del inversor tailandés en diciembre, se acordó inicialmente una moratoria con los prestamistas.

Hace sólo unos días, Leoni anunció que el director general, Aldo Kamper, dejaría el cargo en marzo para dirigir el grupo de tecnología de iluminación AMS Osram. En enero, el consejo de supervisión de Leoni había nombrado miembro del consejo al experto en reestructuraciones Hans-Joachim Ziems. Ziems ya había sacado de apuros a Leoni en una situación difícil en 2020 y 2021.

En aquel momento, el grupo de empresas cotizadas, que emplea a unas 100.000 personas en 28 países y alcanzó unas ventas consolidadas de 5.100 millones de euros en 2021, había recibido, entre otras cosas, una garantía estatal de 330 millones de euros. Cuando parecía que las cosas volvían a mejorar, la crisis de los semiconductores y el cierre temporal de dos plantas de mazos de cables en Ucrania asolaron la empresa.

Al parecer, el plan consiste ahora en que los bancos renuncien a una parte considerable de sus créditos y que los accionistas sufran pérdidas al mismo tiempo con un recorte de capital. "El trasfondo de esto es que todos los acreedores financieros también tendrán que hacer concesiones de gran alcance para permitir que Leoni AG continúe como empresa en funcionamiento a largo plazo", dice el comunicado de la empresa. A esto le seguirá una ampliación de capital en la que Leoni pretende recaudar dinero fresco de los inversores.

Alrededor de tres cuartas partes de las acciones de Leoni están en free float. El mayor accionista individual es el grupo austriaco Pierer, con una participación de alrededor del 20%. "Esta última se ha declarado dispuesta a realizar una importante aportación de reestructuración en el marco de la inyección de capital, sujeta a determinadas condiciones", señala el comunicado de Leoni./dm/DP/stw