SMFG cotizó los bonos en dos tramos, en pagarés a cinco años por valor de 89.000 millones de yenes (662,50 millones de dólares) y bonos a 10 años por valor de 51.000 millones de yenes, cuyas condiciones los agentes del mercado calificaron de atractivas.

"En Japón, donde los diferenciales de los bonos corporativos son escasos, las condiciones de estos bonos AT1 eran razonablemente buenas, siempre que el sector bancario sea creíble", afirmó Nana Otsuki, senior fellow de Pictet Japón.

"SFMG tenía la opción de no venderlos pero siguió adelante, lo que probablemente indica que el sistema financiero japonés puede ser más estable que el de otros países".

Los inversores tenían serias dudas sobre los bonos AT1 en medio de la agitación del mercado provocada por el rescate de Credit Suisse por parte de su rival UBS, liderado por el gobierno. El regulador suizo FINMA determinó que los bonos AT1 de Credit Suisse serían aniquilados, una decisión que sacudió los mercados crediticios mundiales.

Su homólogo nacional Mitsubishi UFJ Financial Group Inc dijo a principios de este mes que dejaría en suspenso la emisión de deuda AT1 hasta mediados de mayo como muy pronto, apuntando a la debilidad de la demanda de los inversores y de las condiciones del mercado.

Los bonos AT1 -conocidos como "convertibles contingentes" o bonos "CoCo"- pueden convertirse en capital o amortizarse si el nivel de capital de un banco cae por debajo de un determinado umbral.

Los bonos AT1 de los bancos japoneses se habían esquematizado de forma que el valor está garantizado incluso si el gobierno participa en la reestructuración, y se considera que las nuevas emisiones de SMFG tienen el mismo esquema, dijo Otsuki de Pictet.

La emisión de 89.000 millones de yenes llevaría un tipo de cupón del 1,879% para el periodo inicial de cinco años y dos meses, según mostró una presentación reguladora. La de 51.000 millones de yenes rendiría un 2,180% durante los primeros 10 años y dos meses.

(1 $ = 134,3400 yenes)