Hasta el 29 de julio, el interés en corto cayó a unos 12.650 millones de acciones, frente a los 13.058 millones del 15 de julio.

Los inversores que venden valores en "corto" toman prestadas acciones y luego las venden, esperando que la acción caiga para poder volver a comprar las acciones al precio más bajo, devolverlas al prestamista y embolsarse la diferencia.

La venta en corto también puede formar parte de una estrategia de cobertura.