OMV Aktiengesellschaft ha anunciado los resultados consolidados no auditados del segundo trimestre y de los seis meses finalizados el 30 de junio de 2016. Para el trimestre, la compañía informó de que las ventas fueron de 4.614 millones de euros frente a los 5.726 millones de euros de hace un año. El grupo LBIT fue de 300 millones de euros frente a los ingresos de 222 millones de euros de hace un año. El EBIT de Clean CCS fue de 214 millones de euros, frente a los 375 millones de hace un año. Las pérdidas antes de impuestos fueron de 228 millones de euros, frente a los 314 millones de ingresos de hace un año. La pérdida neta atribuible a los accionistas fue de 168 millones de euros, frente a los 209 millones de euros de hace un año. El resultado neto de Clean CCS atribuible a los accionistas fue de 222 millones de euros, frente a los 364 millones de euros de hace un año. La pérdida por acción diluida fue de 0,51 euros, frente a los 0,64 euros de hace un año. El BPA de Clean CCS fue de 0,68 euros, frente a los 1,11 euros de hace un año. El flujo de caja de las actividades de explotación fue de 1.036 millones de euros, frente a los 858 millones de euros de hace un año. Esta evolución se debió principalmente a las importantes entradas de efectivo del capital circulante neto, a pesar de un entorno de precios más bajos. El flujo de caja por acción fue de 3,17 euros, frente a los 2,63 de hace un año. Los gastos de capital fueron de 489 millones de euros, frente a los 689 millones de euros de hace un año. Los activos intangibles y el inmovilizado material fueron de 473 millones de euros, frente a los 790 millones de hace un año. Las ventas semestrales de la empresa fueron de 8.605 millones de euros, frente a los 11.552 millones de hace un año. El grupo LBIT fue de 253 millones de euros, frente a los 451 millones de hace un año. El EBIT de Clean CCS fue de 381 millones de euros, frente a los 708 millones de hace un año. Las pérdidas antes de impuestos fueron de 140 millones de euros, frente a los ingresos de 520 millones de euros de hace un año. La pérdida neta atribuible a los accionistas fue de 73 millones de euros, frente a los 372 millones de euros de ingresos de hace un año. El resultado neto de Clean CCS atribuible a los accionistas fue de 396 millones de euros, frente a los 600 millones de euros de hace un año. La pérdida por acción diluida fue de 0,22 euros, frente a los 1,14 euros de hace un año. El BPA de Clean CCS fue de 1,21 euros, frente a los 1,84 euros de hace un año. El flujo de caja de las actividades de explotación fue de 1.615 millones de euros, frente a los 1.264 millones de euros de hace un año. El flujo de caja por acción fue de 4,95 euros, frente a los 3,88 euros de hace un año. La deuda neta es de 3.992 millones de euros, frente a los 5.901 de hace un año. Los gastos de capital fueron de 956 millones de euros, frente a los 1.396 millones de euros de hace un año. El ROE fue negativo al 12% frente al positivo del 3% de hace un año. Los activos intangibles y el inmovilizado material fueron de 1.190 millones de euros, frente a los 1.695 millones de hace un año. Para el año 2016, la empresa espera que el precio medio del petróleo Brent se sitúe en 40 dólares por barril de media. Debido a la persistencia del exceso de capacidad en los mercados europeos, se prevé que los márgenes de refino sean inferiores a los niveles del primer semestre de 2016. Se espera que la utilización de la capacidad se sitúe por encima del 90% en el segundo semestre, ya que la empresa no tendrá grandes paradas. Se espera que el CAPEX (incluyendo E&A capitalizado) disminuya a 2.200 millones de euros. Se espera que los gastos de exploración y evaluación asciendan a 450 millones de euros. La empresa ha actualizado sus previsiones de producción para 2016, situándolas ligeramente por encima de los 300.000 barriles equivalentes de petróleo al día, dado que la empresa ha logrado un buen rendimiento de producción en el primer semestre.