Ben Bosung Kim, director general del gigante siderúrgico POSCO en Australia, declaró que la empresa ya ha invertido unos 5.000 millones de dólares australianos (3.400 millones de dólares estadounidenses) en el país, que abarcan materias primas tradicionales como el mineral de hierro y el carbón y, más recientemente, el litio, el níquel, el grafito y otros minerales necesarios para fabricar baterías de coches eléctricos.

"Australia y Corea son siempre complementarias e interdependientes en cuanto a la minería australiana y la fabricación coreana", declaró Ben a Reuters al margen de la conferencia del Consejo Empresarial Australia-Corea (AKBC) en Sidney.

"Fue así en el pasado en cuanto a la siderurgia, y lo será para los materiales de las baterías en el futuro", afirmó.

El país asiático controla un tercio del mercado de baterías para vehículos eléctricos, valorado en 46.000 millones de dólares, pero depende en gran medida de China, que es un proveedor clave de Corea para los vehículos eléctricos.

En los últimos años, los aliados de Estados Unidos han pasado a reducir su dependencia de China en medio de una mayor preocupación por el control que ejerce Pekín sobre el sector de los minerales críticos.

Corea del Sur necesita suministros de minerales críticos, ya que se ha comprometido a convertirse en una potencia en la fabricación de baterías para 2030 como parte de un plan para ser neutra en carbono para 2050.

POSCO firmó el año pasado un acuerdo de empresa conjunta con Pilbara Minerals Ltd para construir una planta química de hidróxido de litio de 43.000 toneladas en Gwangyang, Corea del Sur. También compró una participación del 30% en la mina de níquel de First Quantum Minerals Ravensthorpe, en Australia Occidental.

Los ejecutivos de POSCO presentes en la conferencia afirmaron que Australia va a ser un objetivo crítico para la empresa en cuanto a inversiones en proyectos de hidrógeno.

En una presentación, el vicepresidente ejecutivo de POSCO y responsable del negocio del hidrógeno, Juik Choo, dijo que la empresa quiere convertirse en un proveedor mundial de hidrógeno con capacidad para producir 7 millones de toneladas en 2050. Parte de este plan consiste en construir una base de producción de hidrógeno a gran escala en Australia que pueda suministrar 1 millón de toneladas para 2040.

Choo afirmó que la carrera mundial por ser el primer y mayor proveedor de hidrógeno está ganando velocidad, ya que Estados Unidos aprobó este año la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) que ofrece grandes incentivos para la producción de hidrógeno.

El gobierno australiano debería ofrecer incentivos similares para que el país pueda liderar las exportaciones mundiales de hidrógeno, afirmó.

(1 dólar = 1,4923 dólares australianos)