Potanin declaró a la televisión rusa RBC que el impacto de las sanciones "no afecta directamente a la vida de la empresa, a su supervivencia, pero por supuesto limita sus capacidades, incluidas las financieras, y el desarrollo de aquellos mercados en los que tradicionalmente ha estado presente".

"Mantenerlos es más difícil, y los nuevos son caros de ganar. Tenemos que hacer frente a todo esto", añadió Potanin, que es el director ejecutivo de Nornickel y su mayor accionista, con un 36% a través de su grupo holding Interros.

Los comentarios de Potanin supusieron un raro reconocimiento de cómo las sanciones occidentales por la guerra de Ucrania están afectando a una empresa de importancia estratégica para la economía rusa y para los mercados mundiales de metales, a pesar de que la propia Nornickel no está directamente en el punto de mira de las medidas.

Los gobiernos occidentales se han abstenido de golpear a Nornickel, conscientes de la perturbación de los mercados del aluminio después de que el rival de Potanin, Oleg Deripaska, y su grupo Rusal fueran sancionados en 2018.

Potanin dijo que su empresa, el mayor productor mundial de paladio y níquel refinado, se veía sin embargo afectada por las sanciones "completamente destructivas" debido al impacto en las cadenas logísticas, los sistemas de pago y la capacidad de adquirir nuevos equipos.

Los planes de Nornickel de expandirse a otros mercados se habían visto interrumpidos, dijo, lo que le obligó a centrar su política de inversiones en Rusia y los países amigos.

"Naturalmente, encontramos formas de salir de esta situación. Estamos reestructurando las cadenas logísticas hacia países más amigos. En primer lugar, a China, Turquía, Marruecos y otros países árabes", dijo.

Potanin reiteró la opinión que manifestó poco después del comienzo de la guerra, de que Rusia no debía responder a las sanciones confiscando o nacionalizando los activos occidentales.

"Si algunas empresas abandonan nuestro país, en lugar de aplicarles algún tipo de confiscación y otras medidas duras, es mucho más fácil dar a la comunidad inversora la oportunidad de resolver este problema por sí misma", dijo.

"El éxodo de pánico de las empresas extranjeras de nuestro mercado provocó que dichas empresas pudieran ser adquiridas por inversores nacionales en condiciones muy atractivas", añadió Potanin, que cerró él mismo varios acuerdos en las primeras semanas de la guerra, incluida la compra de Rosbank al prestamista francés Societe Generale.

Potanin fue incluido el mes pasado en una lista de sanciones de Estados Unidos como parte de unas medidas más amplias dirigidas contra personas y empresas cercanas al presidente Vladimir Putin. Ya había sido objeto de sanciones por parte de Gran Bretaña y Canadá.