Japón necesita ampliar rápidamente su potencia informática en su carrera por convertirse en líder mundial de la inteligencia artificial, afirmó Hideki Murai, asesor especial en IA del primer ministro Fumio Kishida.

"La prioridad clave del gobierno es la potencia de cálculo. Sentimos una verdadera crisis al respecto", declaró Murai, legislador del gobernante Partido Liberal Democrático que dirige el equipo de estrategia de IA del gobierno, a Reuters en una entrevista el martes. "Queremos crear las bases para una era de la IA", añadió.

Japón, la tercera economía mundial, ha tardado en invertir en este campo y va a la zaga de Estados Unidos en infraestructura informática de IA. Unas 3.000 empresas de Japón tienen acceso a un superordenador del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada (AIST) del gobierno que ofrece una potencia de cálculo de 0,8 exaflops.

Eso es menos de una décima parte de lo que OpenAI, respaldada por Microsoft, tuvo acceso cuando creó el popular chatbot ChatGPT, según el Ministerio de Economía Comercio e Industria de Japón.

Un exaflops equivale a 1 quintillón -o 1.000.000.000.000.000.000- de cálculos por segundo.

Para empezar a abordar ese déficit, Japón planea aumentar la potencia de cálculo del AIST hasta los 2,8 exaflops para finales de 2024, dijo Murai, y está proporcionando subvenciones a empresas como Sakura Internet y SoftBank Corp para que construyan superordenadores.

El gobierno japonés también puede proporcionar datos para entrenar a las IA, pero dejará en manos de las empresas la creación de los modelos de IA que el gobierno de Kishida espera que impulsen la innovación, dijo Murai, que comparó la estrategia con la forma en que Japón nutrió a la superestrella del béisbol de las Grandes Ligas Shohei Ohtani.

"Hace diez años, la gente se habría burlado de la idea de un jugador como Ohtani en las Grandes Ligas y por eso estamos trabajando duro para crear un entorno que permita a alguien como él surgir en el campo de la IA", afirmó.

Mientras Japón estudia la mejor manera de sacar partido de la IA, tanto él como otros miembros del Grupo de las Siete democracias industriales se debaten sobre cómo mitigar los posibles trastornos sociales y económicos que también puede causar.

"Puede que existan diferencias de pensamiento y de política en torno a la IA entre los países del G7, pero estamos trabajando juntos para reducir la distancia entre ellas tanto como sea posible", afirmó.

Japón se inclina por unas normas sobre IA más suaves que las de la Unión Europea, que ha lanzado un esfuerzo para convencer a los países asiáticos de que sigan su requisito de que las empresas tecnológicas revelen el material protegido por derechos de autor utilizado para generar contenidos de IA, según ha informado Reuters.