El Ministerio de Transportes seleccionó el viernes a un consorcio liderado por el conglomerado San Miguel Corp como licitador preferente para modernizar y explotar el Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino (NAIA) de la capital, Manila.

El grupo de San Miguel, que incluye a la surcoreana Incheon International Airport Corp, se impuso al consorcio indio GMR Airports y al Consorcio del Aeropuerto Internacional de Manila tras ofrecer al gobierno la mayor participación en los ingresos aeroportuarios, con un 82%.

"Gracias al DOTR (Ministerio de Transportes) por elegir el mejor acuerdo para nuestro país", declaró el presidente de San Miguel, Ramón Ang, antes del anuncio.

Los anteriores intentos de modernizar el aeropuerto, famoso por los habituales retrasos en los vuelos y, más recientemente, por los cortes de electricidad, fracasaron o se abandonaron debido a las disputas entre las autoridades aeroportuarias y los contratistas.

La modernización del aeropuerto forma parte de las docenas de grandes proyectos que el gobierno está llevando a cabo para revisar y modernizar sus infraestructuras. Está apostando por el capital privado para financiar muchos de estos proyectos, que incluyen ferrocarriles, puertos y puentes.

"Tras treinta años de preparación, (por fin) podremos privatizar las operaciones y el mantenimiento del aeropuerto internacional de Manila", declaró el secretario de Transportes, Jaime Bautista, en una rueda de prensa.

Bautista dijo que el acuerdo de concesión de 15 años, que podría prorrogarse otros 10, se firmaría con San Miguel en los próximos 30 días.

Según el acuerdo, el adjudicatario deberá casi duplicar la capacidad del aeropuerto hasta alcanzar al menos los 60 millones de pasajeros anuales desde los 32 millones, y aumentar los movimientos de tráfico aéreo hasta 48 por hora desde 30 a 40.

En 2019, el NAIA, de 600 hectáreas (6 km2), gestionó la cifra récord de 48 millones de pasajeros. El año pasado, sufrió un apagón masivo que sacudió su control de tráfico aéreo e interrumpió 300 vuelos.

También se están construyendo aeropuertos en las provincias que rodean Manila para aliviar la presión, como en Cavite, y en Bulacan, que también está construyendo San Miguel con empresas constructoras que levantaron el aeropuerto Changi de Singapur.