El primer ministro de Portugal, Antonio Costa, que dimitió esta semana, dijo el sábado a los inversores extranjeros que el país estaba abierto a los negocios y quería seguir siendo atractivo a pesar de la investigación por corrupción en curso sobre proyectos de energía "verde".

Costa dimitió el martes a causa de una investigación sobre supuestas ilegalidades en la gestión por parte de su gobierno de proyectos de litio e hidrógeno, así como de un centro de datos a gran escala. El presidente Marcelo Rebelo de Sousa ha convocado elecciones para el 10 de marzo. Costa niega haber cometido irregularidades.

El proyecto del centro de datos, Start Campus, ha sido calificado como "una de las mayores inversiones extranjeras directas en Portugal de las últimas décadas". El director general del proyecto, Afonso Salema, se encuentra entre los detenidos en el marco de la investigación en curso. Niega haber cometido delito alguno.

También se está investigando la supuesta interferencia del gobierno en los planes de Savannah Resources, con sede en Londres, de construir cuatro minas de litio a cielo abierto en el norte de Portugal. La empresa declaró que estaba cooperando con las autoridades, pero que ni ella ni ninguno de sus empleados eran objeto de la investigación.

Los proyectos de litio se han enfrentado a una fuerte oposición por parte de los residentes locales y los ecologistas. Dicen que los procesos carecen de transparencia y han advertido de la "peligrosa promiscuidad" entre los responsables de la toma de decisiones y las empresas mineras.

Temeroso de que los últimos acontecimientos pudieran repercutir en las inversiones extranjeras en el país, Costa pronunció un discurso televisado para calmar a los inversores, diciéndoles que las autoridades del país cumplían las normas y que existía una sólida reglamentación.

"A todos aquellos que han depositado su confianza en invertir en Portugal, quiero decirles que hoy, y siempre, la inversión empresarial es deseada, bienvenida y será bien recibida", dijo Costa.

Añadió que "eliminar la burocracia... respetando estrictamente la ley" era una de las prioridades de su gobierno para poner en marcha proyectos de interés nacional.

Otro funcionario del gobierno señalado como sospechoso formal en la investigación fue el ministro de Infraestructuras de Costa, Joao Galamba, que anteriormente ocupaba el cargo de secretario de Energía. Costa se reunirá con el presidente el martes para discutir el futuro de Galamba.

El jefe de gabinete de Costa, Vitor Escaria, también fue detenido. Las autoridades encontraron cerca de 76.000 euros en efectivo escondidos en su despacho, situado en la residencia oficial del primer ministro. Su abogado dijo que el dinero en efectivo no era ilegal.

"La incautación de sobres con dinero en el despacho de una persona que yo elegí me duele... me avergüenza ante los portugueses y tengo el deber de pedir disculpas", dijo Costa. (Reportaje de Catarina Demony; Edición de David Gregorio)