El jefe de Telecom Italia (TIM) esbozará esta semana sus planes para una empresa más esbelta tras la histórica venta de la red de telefonía fija del grupo, buscando un segundo mandato al timón a partir de abril a pesar de las reservas del principal inversor Vivendi.

Valorada en hasta 22.000 millones de euros (23.880 millones de dólares) y respaldada por el Gobierno italiano, la venta de la principal infraestructura de TIM al fondo estadounidense KKR tiene como objetivo reducir drásticamente la pila de deudas del antiguo monopolio telefónico, recortar costes y trasladar a la red a más de la mitad de su personal nacional.

El consejero delegado de TIM, Pietro Labriola, celebra el acuerdo como un punto de inflexión para TIM, ya que su carga financiera ha asfixiado durante mucho tiempo a una empresa cuyos beneficios e ingresos también han disminuido durante años debido a la dura competencia en Italia.

Elevado al máximo cargo de TIM en 2022, Labriola presentará su nueva estrategia trienal para la mayor empresa de telecomunicaciones de Italia el jueves 7 de marzo.

Ahora que la unidad de TIM que cotiza en bolsa en Brasil se perfila como el principal motor de crecimiento y generador de efectivo del grupo, los analistas ven cierto margen de mejora en las perspectivas del resto de la rama nacional.

"TIM debería beneficiarse aún más de la estabilización de su mercado nacional, pendiente desde hace tiempo", escribieron los analistas de BofA Global research en un informe el mes pasado.

BofA, que tiene una recomendación de "compra" sobre el valor, espera que los ingresos a nivel de grupo de la nueva TIM racionalizada crezcan a una tasa anual compuesta (CAGR) del 3% durante los tres años hasta 2026 y que los beneficios básicos aumenten a una tasa anual compuesta del 4,6% durante el periodo.

UN MERCADO DESAFIANTE

TIM pretende finalizar la venta de la red a mediados de año, previa autorización antimonopolio de la Unión Europea, mientras que los rivales de TIM también están buscando fusiones y adquisiciones para remodelar uno de los mercados europeos más desafiantes.

Swisscom está en conversaciones para comprar el negocio italiano de Vodafone y fusionarse con su unidad local Fastweb.

Labriola necesita convencer a los inversores de la sostenibilidad del negocio de servicios nacionales tras años de reveses que obligaron a TIM a suspender los dividendos.

La división "empresarial" de TIM, que ofrece conectividad y servicios como la nube y la ciberseguridad a grandes clientes corporativos y de la administración pública, se considera el principal motor de crecimiento en el mercado italiano.

Las perspectivas son menos halagüeñas para la unidad que atiende a clientes de consumo y pequeñas empresas, la más afectada por la intensa competencia de precios vinculada en parte a la entrada de Iliad en 2018.

Los analistas prevén un crecimiento moderado en el periodo 2023-2026 para esta rama, y BofA proyecta una CAGR del 1,5% para los beneficios básicos.

"Seguimos viendo múltiples retos en consumo, donde la competencia de precios en banda ancha parece ir en aumento", escribieron los analistas de Exane, señalando que una combinación entre Vodafone y Fastweb podría crear un competidor más fuerte en el segmento empresarial.

La sostenibilidad del negocio de servicios italiano ha estado en el centro de los argumentos de Vivendi contra la venta de la red.

El grupo francés de medios de comunicación, que ha impugnado el acuerdo ante los tribunales, podría ser el principal obstáculo para la reelección de Labriola en una junta de accionistas que se celebrará en abril. (1 dólar = 0,9211 euros)