Preocupados por la posibilidad de que la dirección tome medidas más drásticas como parte de una venta parcial prevista de la unidad siderúrgica al grupo energético checo EPH, los trabajadores dijeron que habían contratado a una consultora para que planteara escenarios futuros que preservaran el negocio en su tamaño y alcance actuales.

"No descartamos nada, pero tenemos claro que queremos mantener Stahl en su tamaño actual", dijo Tekin Nasikkol, que dirige el comité de empresa de Thyssenkrupp y forma parte del consejo de supervisión del grupo, en un folleto entregado a los trabajadores.

Dijo que los propietarios de Thyssenkrupp querían ver resultados mientras su paciencia se agotaba y que, por tanto, los trabajadores "deben prepararse para lo peor".

En el folleto, el sindicato IG Metall dijo que insistiría en que se mantuvieran las plantas del grupo y unos 27.000 puestos de trabajo y que se respetara una garantía de empleo acordada previamente hasta marzo de 2026.

Fuentes dijeron a Reuters la semana pasada que Thyssenkrupp y EPH se enfrentaban a retrasos en las conversaciones sobre una empresa conjunta siderúrgica, ya que las actuales negociaciones contractuales con clientes del sector del automóvil obstaculizan los esfuerzos del grupo alemán por elaborar un plan de negocio necesario.