ETIA Ecotechnologies ha firmado un acuerdo de asociación y de servicios y suministro con una empresa internacional independiente líder en el sector de los hidrocarburos que opera en todo el mundo para seguir avanzando en la tecnología de conversión de plástico en combustible con vistas a su aplicación a escala industrial. El acuerdo de servicios y suministro, valorado en unos 1,5 millones de euros, incluye un periodo de prueba de seis meses en el centro de ensayos de ETIA en Francia y el envío de una primera unidad que se instalará en un proyecto de reciclaje de residuos plásticos fuera de Francia. La empresa de hidrocarburos ha trazado planes para desplegar más de diez unidades similares en África y América Latina.

El acuerdo se produce tras más de dos años de investigación conjunta a escala piloto, que han dado como resultado la decisión de la empresa de hidrocarburos, no revelada, de seleccionar la tecnología de pirólisis de ETIA para sus proyectos de conversión de residuos plásticos en combustible. Con la implantación de estas soluciones, la empresa de hidrocarburos ofrecerá una solución circular para los residuos plásticos en los países en los que opera y producirá combustible para consumo propio, reduciendo así su huella de CO2. A la espera de una prueba con éxito en Francia, la primera unidad se instalará en un lugar fuera de Francia, mientras que ETIA seguirá proporcionando apoyo de mantenimiento, piezas de repuesto y formación del personal.

Para los próximos proyectos potenciales, ETIA suministraría su tecnología de reactor de pirólisis en una planta normalizada de valorización de residuos plásticos con una capacidad de unas 3 toneladas al día. Los residuos plásticos son un problema medioambiental de primer orden en todo el mundo, ya que entre el 4 y el 8% del consumo mundial anual de petróleo está asociado a los plásticos, según el Foro Económico Mundial. Los seres humanos producimos más de 400 millones de toneladas de residuos plásticos al año, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Se calcula que ocho millones de toneladas de plásticos acaban en los océanos, causando efectos devastadores para la fauna y la cadena alimentaria.