El índice compuesto de gestores de compras (PMI) de HCOB para el bloque, elaborado por S&P Global y considerado un buen indicador de la salud económica general, cayó a 53,3 en mayo desde el 54,1 de abril.

Aunque sigue estando cómodamente por encima de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción, se situó por debajo de una estimación de Reuters de 53,5.

"Es probable que el PIB de la zona euro haya crecido en el segundo trimestre gracias al buen estado del sector servicios. Sin embargo, el sector manufacturero es un poderoso lastre para el impulso de la economía en su conjunto", afirmó Cyrus de la Rubia, economista jefe del Hamburg Commercial Bank.

Con unos precios que siguen subiendo con fuerza y unos hogares endeudados que tienen que pagar unos costes de endeudamiento cada vez mayores, el crecimiento de la demanda global disminuyó bruscamente. El índice de nuevas empresas cayó a 50,4 desde 52,5.

El índice PMI de la industria de servicios descendió desde el máximo de un año alcanzado en abril de 56,2 a 55,9, superando la predicción de la encuesta de Reuters de una caída más pronunciada hasta 55,6.

A pesar de la ralentización del crecimiento de los nuevos negocios, las empresas de servicios aumentaron sus plantillas a un fuerte ritmo: el índice de empleo se situó en 55,0, aunque por debajo del máximo de 11 meses de abril de 55,6.

Mientras tanto, la demanda de bienes manufacturados se hundió y el PMI de fábrica cayó a 44,6 desde 45,8, su nivel más bajo desde mayo de 2020, cuando la pandemia del coronavirus estaba cimentando su dominio en el mundo. La encuesta de Reuters había pronosticado una lectura de 46,0.

Un índice que mide la producción, que alimenta el PMI compuesto, cayó a un mínimo de seis meses de 46,3 desde 48,5.

Pero unas cadenas de suministro en gran medida saneadas y unos precios de la energía más bajos significaron que los costes de los insumos para las fábricas cayeron al ritmo más rápido en más de siete años, permitiendo a las fábricas recortar sus precios por primera vez desde septiembre de 2020. El índice de precios de producción se hundió hasta 49,0 desde 51,6.

Esto puede ser una buena noticia para los responsables políticos del Banco Central Europeo, que a pesar de haberse embarcado en su senda de endurecimiento más agresiva hasta la fecha, no han conseguido hasta ahora que la inflación vuelva al objetivo del 2,0%.

Sin embargo, los precios cobrados por las empresas de servicios subieron más deprisa y se espera que el BCE añada otros 25 puntos básicos al tipo de depósito el mes que viene y en julio, a pesar de que muchos de sus homólogos ya han pausado las subidas de tipos o lo harán pronto, según un sondeo de Reuters.

"El BCE tendrá un quebradero de cabeza con los datos de precios del PMI. Esto se debe a que los precios de venta en el sector servicios subieron en realidad más que en el mes anterior. Es precisamente la evolución de los precios en este sector lo que el BCE observa con recelo", añadió de la Rubia.