Mientras Wall St esperaba con optimismo los últimos guiños y guiños de la Reserva Federal sobre la política futura, Argentina se llevó un hachazo a su peso y las acciones chinas reanudaron su caída tras otro plan económico gubernamental poco alentador.

Tal y como había prometido, el nuevo gobierno argentino recortó a última hora del martes el gasto público, suprimió departamentos enteros y devaluó el tipo de cambio oficial del peso en más de un 50% hasta los 800 por dólar, aunque todavía se mantiene más fuerte que donde las cotizaciones informales y del mercado negro sitúan la unidad por encima de los 1.000.

Las medidas largamente anunciadas por el nuevo presidente Javier Milei - en el cargo sólo dos días - pretendían cortar una espiral de deuda e hiperinflación y fueron anunciadas por su ministro de Economía, Luis Caputo. El Fondo Monetario Internacional acogió favorablemente las medidas y los bonos soberanos argentinos en dólares subieron marginalmente.

El drama de Buenos Aires fue una distracción de la principal cita del miércoles en Estados Unidos, donde los responsables de la Fed deciden su política, publican sus últimas previsiones económicas y el jefe de la Fed, Jerome Powell, habla ante la prensa.

No se esperan cambios en el tipo principal, por supuesto, pero los mercados estarán muy pendientes del énfasis que ponga Powell y de cuánta relajación se incluye en las previsiones de tipos de los responsables políticos para el próximo año, el llamado "dot plot".

En la última actualización de septiembre quedaba una última subida en 2023, que ahora es improbable que se materialice, y luego dos recortes de un cuarto de punto a partir de ahí para finales del próximo año. La mayoría espera que esos dos recortes se mantengan, pero a partir de los niveles actuales.

Los mercados de futuros, sin embargo, tienen más de 110 puntos básicos de recortes todavía previstos para 2024, aunque las probabilidades de un primer recorte tan pronto como en marzo han vuelto a caer por debajo del 50% desde la lectura de los precios al consumo de noviembre, que fue ligeramente negativa el martes.

Aunque las tasas de inflación general anual volvieron a caer al 3,1% por primera vez desde junio y las subyacentes se mantuvieron en el 4,0%, tal y como se preveía, el aumento de los componentes de las rentas hizo que la tasa mensual subiera un 0,1%.

Los datos sobre la inflación de los precios de producción que se publicarán el miércoles antes de la decisión de la Reserva Federal deberían resultar más benignos, ya que se espera que el IPP subyacente anual caiga hasta sólo el 2,2%, su nivel más bajo en casi tres años y por debajo de las tasas registradas durante la mayor parte de los dos años anteriores al azote de la pandemia.

Subrayando la desinflación de los costes de los insumos, los precios del crudo estadounidense volvieron a caer el martes a su nivel más bajo desde junio, con un descenso de casi el 30% en sólo 10 semanas y unas caídas interanuales aún cercanas al 10%.

Todo ello hace que los mercados de acciones y bonos vuelvan a subir de cara a la reunión de la Fed.

Ayudando al tono estuvo una bien recibida subasta del Tesoro a 30 años a última hora del martes, curando las heridas asociadas a una nefasta recepción de la anterior venta de bonos largos en noviembre.

La llamada "cola" de precios, que lleva 12 años en máximos -cuando los rendimientos más altos a los que se venden los bonos superan las indicaciones previas a la subasta- volvió a desaparecer.

En el 4,28%, los rendimientos a 30 años estaban casi 10 pb por debajo del máximo del lunes. El dólar subió en general, tocando máximos de un mes frente al yuan chino.

Y las acciones de Wall St siguieron adelante, alcanzando nuevos máximos de 20 meses, subiendo más de un 13% en seis semanas y a menos de un 4% de los máximos históricos del S&P500. Los futuros volvieron a subir antes de la campana del miércoles.

La volatilidad implícita siguió desplomándose: cayó por debajo de 12 en un momento dado por primera vez desde enero de 2020.

Las acciones en el extranjero fueron más variadas: subieron en Europa antes de las decisiones políticas del Banco Central Europeo y del Banco de Inglaterra del martes, pero bajaron en Asia, donde los nubarrones siguen cerniéndose sobre China.

El índice CSI 300 de valores de primer orden retrocedió un 1,7% y el Hang Seng de Hong Kong cayó un 0,9%, ya que los inversores se sintieron decepcionados por la falta de ayudas específicas al mercado inmobiliario en los últimos planes de estímulo económico del gobierno.

La Conferencia Central de Trabajo Económico de China se centrará el año que viene en los esfuerzos por estimular la demanda interna, según los medios estatales, pero la falta de atención al humeante descalabro inmobiliario preocupa a muchos.

En Gran Bretaña, los datos mostraron que la economía se contrajo más de lo previsto en octubre, aumentando el riesgo de recesión y poniendo a prueba la determinación del Banco de Inglaterra de mantener su dura línea antiinflacionista.

Y los representantes de casi 200 países acordaron el miércoles en la cumbre climática COP28 empezar a reducir el consumo mundial de combustibles fósiles para evitar lo peor del cambio climático, un acuerdo pionero en su género que señala el eventual fin de la era del petróleo.

Acontecimientos clave que deberían proporcionar más orientación a los mercados estadounidenses más tarde el miércoles:

* El Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal decide la política y publica las últimas proyecciones económicas trimestrales; conferencia de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell.

* Índice de precios a la producción de noviembre en EE.UU.

* Ganancias corporativas en EE.UU: Adobe, Nordson