WASHINGTON, 14 jun (Reuters) - Se espera que la Reserva Federal deje los tipos de interés sin cambios el miércoles por primera vez desde que el banco central de Estados Unidos inició una racha históricamente agresiva de endurecimiento de la política monetaria en marzo de 2022.

Pero no puede considerarse un giro o una pausa.

Al final de su reunión de dos días, los responsables de política monetaria podrían señalar que aún están por venir más subidas de tipos una vez que tengan tiempo para evaluar cómo está evolucionando la economía, y si el sistema financiero se mantiene estable y la inflación sigue cayendo.

"Probablemente necesitemos un poco más de endurecimiento, pero no está claro cuánto", dijo Blerina Uruci, economista jefe de EEUU en la división de renta fija de T. Rowe Price Associates, señalando que a pesar de los últimos datos de fortaleza en el empleo e inflación subyacente, una lectura "matizada" de los datos mostró que ambos podrían estar a punto de debilitarse.

"Cuando hay tanta incertidumbre, tiene sentido proceder con cautela", dijo.

Está previsto que la Fed publique su declaración de política monetaria y sus nuevas proyecciones económicas trimestrales a las 14.00 horas EDT (1800 GMT). El presidente de la Fed, Jerome Powell, ofrecerá una rueda de prensa media hora más tarde.

Una sensación de cautela sobre la economía que compite con las preocupaciones de inflación en curso ha llevado a la Fed a este punto, al borde de lo que los analistas llaman una "pausa de 'halcón' (partidario de un endurecimiento monetario)".

Si bien es probable que el banco central renuncie a un aumento de los costes de endeudamiento después de 10 subidas consecutivas que han llevado el tipo de interés de referencia a un día al actual rango del 5,00%-5,25%, al mismo tiempo se espera que los dirigentes monetarios de la Fed muestren tanto en su lenguaje como en sus proyecciones que todavía serán necesarias una o quizás dos subidas más de un cuarto de punto porcentual para finales de 2023.

COMPROMISO POLÍTICO

Los datos desde la última reunión de la Reserva Federal a principios de mayo han dejado a los responsables de política monetaria con una serie de señales difíciles de interpretar y un amplio margen para el debate.

La economía sigue generando fuertes ganancias mensuales de empleo y salarios, y una de las medidas más vigiladas por el banco central de EEUU --la proporción de puestos de trabajo abiertos con respecto al número de desempleados-- aumentó recientemente, lo que podría ser una señal de que en el mercado laboral sigue sin haber un punto de equilibrio entre la demanda de trabajadores y los disponibles.

La inflación está disminuyendo lentamente, y algunos de sus aspectos resultan más persistentes de lo previsto. El índice de precios de los gastos de consumo personal, que excluye los alimentos y la energía, no ha mejorado mucho este año, y en abril aumentaba a un ritmo anual del 4,7%, más del doble del objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal.

Sin embargo, algunas medidas de precios que apuntan las tendencias futuras muestran que la inflación podría caer bruscamente en los próximos meses; la tasa de desempleo aumentó significativamente, del 3,4% al 3,7%, en mayo; y la tasa de crecimiento interanual de los préstamos bancarios está cayendo en picado hacia cero, como parte de una desaceleración del crédito que la Reserva Federal vigila atentamente en busca de señales de tensión en el sector financiero.

La decisión de política monetaria prevista refleja un compromiso nacido de la incertidumbre en torno a lo que los datos implican, y los responsables de la Reserva Federal, preocupados por el rápido debilitamiento de la economía, tienen al menos seis semanas de margen hasta la reunión del 25 y 26 de julio, mientras que aquellos preocupados por unas cifras de inflación aún elevadas saben que el banco central seguirá dispuesto a subir los tipos si no ceden las presiones sobre los precios.

La decisión no significa que la pausa de las subidas de tipos vaya a prolongarse, ni, un punto que Powell probablemente enfatizará, que se prevean recortes de tipos a corto plazo.

El último conjunto de proyecciones trimestrales de la Fed anticipaba que el tipo de interés de referencia a un día sólo bajaría a finales de 2024, a medida que la inflación también disminuyera, movimientos que mantienen el tipo de interés más o menos ajustado a la inflación. Un verdadero "giro" hacia una política monetaria más laxa sólo se produciría en 2025, cuando según dichas proyecciones los tipos bajarían más que la inflación para finales de año.

(Reporte de Howard Schneider; Edición de Paul Simao, editado en español por José Muñoz)