Los mercados argentinos, que se dispararon tras la toma de posesión del presidente Javier Milei hace un mes, están dando ahora al líder libertario una dosis de realidad, con los precios de los bonos cayendo, el peso debilitándose de nuevo y los inversores recelosos ante las nuevas subastas de deuda del gobierno.

El chapuzón de agua fría de los inversores tras una luna de miel inicial subraya el enorme desafío al que se enfrenta Milei en su intento de frenar una inflación que se dirige al 200%, atajar el malestar social, reconstruir unas reservas agotadas y rescatar un programa de 44.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

También se enfrenta a la oposición a su proyecto de reforma "ómnibus", que pretende privatizar entidades estatales y aumentar los impuestos en el Congreso, donde su coalición libertaria está muy lejos de la mayoría. Un decreto que desregula la economía también se ha enfrentado a obstáculos legales.

"La realidad le está golpeando en la cara", dijo el analista financiero local Marcelo Rojas. "Sus intenciones son buenas, pero eso no basta y es lo que estamos empezando a ver".

Los precios de los bonos soberanos del país han empezado a bajar tras una fuerte racha desde la victoria de Milei a mediados de noviembre. Un índice de riesgo país ha alcanzado el nivel más alto en siete semanas, y un bono "Bopreal" dirigido a los importadores no ha encontrado compradores.

Mientras tanto, la brecha entre el tipo de cambio oficial peso-dólar y los tipos paralelos - utilizados por muchos para eludir los estrictos controles de capital - se está ampliando de nuevo después de que una enorme devaluación en diciembre la hubiera reducido significativamente.

"El gobierno empieza a enfrentarse a sus primeros obstáculos. Su falta de músculo político es ahora más evidente: la bonificación a los importadores no despegó y la brecha cambiaria ha vuelto a ampliarse antes de lo esperado", dijo la correduría Cohen en una nota.

Añadió que el decreto de Milei y el proyecto de reforma no parecían prometedores a menos que el presidente estuviera dispuesto a llegar a un compromiso.

No obstante, el banco central ha acumulado casi 4.000 millones de dólares en reservas de divisas desde que Milei asumió el cargo, y el índice bursátil local S&P Merval sigue subiendo con fuerza, con la petrolera estatal YPF impulsada por los rumores de privatización.

LOS OJOS PUESTOS EN LA INFLACIÓN

Mientras tanto, todas las miradas están puestas en la economía, ya que se espera que la inflación haya alcanzado casi el 30% en diciembre y superado el 200% el año pasado. Dos quintas partes de la población se encuentran ya en situación de pobreza.

El país, uno de los principales exportadores de cereales, también se apresura a reactivar su enorme acuerdo con el FMI, con conversaciones en Buenos Aires durante la última semana destinadas a desbloquear la séptima revisión del programa y unos 3.300 millones de dólares de fondos.

El economista Aldo Abram, de la Fundación Libertad y Progreso, dijo que las perspectivas del mercado dependían en gran medida del éxito o fracaso de Milei con sus reformas.

"Lo malo es que, como está ocurriendo ahora, todas las noticias que puedan frenar los avances del Gobierno generarán una mayor caída de la demanda de pesos, acercándonos a la hiperinflación", dijo Abram.

"Por otro lado, todo lo que lleve a confirmar el cambio de rumbo fomentará la preferencia por los activos locales, alejándonos de la crisis".