BRASILIA (Reuters) -El presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, afirmó el miércoles que la autoridad monetaria está comprometida con la consecución de su objetivo de inflación del 3%, y que sus debates sobre política monetaria "ni siquiera deben mencionar" el centro y la banda de ese objetivo.

En su intervención en un acto organizado por el Banco Central, subrayó que la autoridad "no rehuirá su compromiso de alcanzar la meta de inflación y entiende el papel fundamental de las expectativas en la dinámica de la inflación".

"Nuestro mandato es claro y bien definido, y será perseguido", añadió Campos Neto.

Sus comentarios se suman al tono agresivo de las minutas de la última decisión del organismo publicadas el martes, que han aumentado las apuestas sobre una pausa en el ciclo de relajamiento monetario que podría producirse tan pronto como la próxima reunión en junio.

En la decisión de política monetaria dividida de la semana pasada, las autoridades recortaron las tasas de interés en 25 puntos básicos, a 10,50%, tras seis recortes consecutivos de 50 puntos básicos.

Antes de la medida, dijo Campos Neto, el Banco Central discutió la "extrema relevancia" de las expectativas de inflación.

Subrayó el reconocimiento de una tendencia al deterioro observada tanto en las expectativas implícitas en los precios de mercado como en las recogidas en una encuesta semanal de economistas, que habían permanecido estancadas durante meses pero empezaron a subir.

Citando factores como las expectativas de que las tasas de interés en Estados Unidos se mantengan altas, la fortaleza del mercado laboral en Brasil y sus implicaciones para la inflación de los servicios, el riesgo menos benigno de inflación de los alimentos y las incertidumbres sobre los precios del petróleo, Campos Neto justificó la adopción de un recorte menor de los tipos.

La decisión fue fruto de una cerrada división, ya que los cuatro nominados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para el consejo de nueve miembros votaron a favor de un recorte de 50 puntos básicos, ciñéndose a la orientación de marzo.

Sin embargo, los disidentes se alinearon con la mayoría en la creencia de que las condiciones actuales exigían un enfoque más cauteloso y restrictivo, lo que impedía cualquier señalización sobre futuras medidas.

(Reporte de Marcela Ayres; Editado en Español por Ricardo Figueroa)