Washington sólo ha retenido 85 millones de dólares de la ayuda, que según la legislación estadounidense estaba supeditada a que Egipto hiciera "progresos claros y constantes" en la liberación de presos políticos, algo que según Estados Unidos El Cairo no cumplió.

Esa cantidad retenida es una fracción de los 1.300 millones de dólares anuales asignados a Egipto.

Estados Unidos lleva mucho tiempo proporcionando a Egipto grandes cantidades de ayuda militar y de otro tipo, desde que la nación más poblada del mundo árabe firmó un acuerdo de paz con el vecino Israel en 1979. El Cairo ha seguido siendo un estrecho aliado regional de Washington.

La ley permite retener otros 235 millones de dólares, ya que esa parte también está condicionada a que Egipto cumpla los requisitos de democracia y derechos humanos, pero el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hizo uso de su derecho a renunciar a estas condiciones, según dijeron funcionarios estadounidenses.

"La voz de Egipto es crucial, en tantos asuntos de la región en los que estamos intentando trabajar juntos en el espíritu de la paz y la seguridad regionales", dijo un alto funcionario del Departamento de Estado que informó a los periodistas sobre la decisión.

La decisión no disminuyó el compromiso de Estados Unidos con el avance de los derechos humanos en Egipto, dijeron otros funcionarios estadounidenses, que también hablaron bajo condición de anonimato. Washington ha mantenido "duras conversaciones" con los egipcios sobre su historial en materia de derechos humanos, dijeron los funcionarios.

Pero los grupos defensores de los derechos que llevan tiempo acusando a Egipto de abusos generalizados bajo el gobierno del presidente Abdel Fattah al-Sisi, incluidas torturas y desapariciones forzadas, dijeron que la decisión de Estados Unidos envía un mensaje equivocado.

"La administración está diciendo efectivamente al gobierno de Sisi que vio una mejora en la situación de los derechos humanos en el último año, cuando en realidad las cosas han degenerado significativamente", dijo en un comunicado un consorcio de 16 grupos que incluyen a Freedom House y al Proyecto sobre la Democracia en Oriente Medio (POMED).

"Esto socava cualquier esfuerzo de la administración para abordar las preocupaciones sobre los derechos humanos en Egipto y sólo envalentonará aún más a al-Sisi, arriesgándose a desestabilizar aún más el país".

Sisi niega que haya presos políticos en Egipto. Afirma que la estabilidad y la seguridad son primordiales y que las autoridades promueven los derechos tratando de satisfacer necesidades básicas como el empleo y la vivienda.

Los analistas políticos afirman que las potencias occidentales son reacias a tomar medidas serias contra un aliado estratégico que ha servido de mediador en cuestiones de larga data, como el conflicto árabe-israelí, y que controla el Canal de Suez, una de las rutas marítimas más valiosas del mundo.