El ministro japonés de Finanzas, Shunichi Suzuki, dijo el viernes que los movimientos rápidos de la divisa no eran deseables y que las autoridades no descartarían ninguna opción contra las oscilaciones excesivas, en una nueva advertencia a los inversores que intentan vender el yen.

El dólar tocó esta semana máximos de 10 meses cerca de los 148 yenes por las expectativas de que la Reserva Federal mantenga elevados los tipos de interés para combatir una inflación obstinadamente alta, un fuerte contraste con el Banco de Japón, que no está de humor para abandonar su política de relajación.

"Es importante que las divisas se muevan de forma estable reflejando los fundamentales. Los movimientos excesivos no son deseables", declaró Suzuki a los periodistas tras una reunión del gabinete. "Vigilaremos cuidadosamente los movimientos del mercado de divisas con un alto sentido de urgencia. No descartaremos ninguna opción si los movimientos de las divisas se vuelven excesivos", dijo.

El comentario de Suzuki sigue a una advertencia similar de su adjunto Masato Kanda, viceministro de Finanzas para Asuntos Internacionales, el miércoles, aunque los analistas no creen que la intervención sea inminente a los niveles actuales.

El dólar ya ha superado los 145 yenes, un nivel que desencadenó la primera operación de compra de yenes de Japón en 24 años el pasado mes de septiembre.

Algunos inversores ven el próximo umbral en torno a los 150 yenes, considerado un nivel psicológicamente clave que desencadenó dos intervenciones consecutivas el pasado mes de octubre.

La mayor parte de las intervenciones anteriores de Japón han sido en forma de venta de yenes/compra de dólares, ya que las autoridades japonesas tienden a estar más preocupadas por un yen fuerte y su efecto sobre los exportadores.

Sin embargo, la debilidad del yen durante el último año ha alimentado la preocupación de la población por el aumento del coste de la vida.

Suzuki no llegó a decir que la fortaleza del dólar podría convertirse en un tema de debate cuando los líderes del G20 se reúnan los días 9 y 10 de septiembre, pero señaló otros asuntos que probablemente figurarán en la agenda.

"Persisten los riesgos a la baja en la economía mundial, ya que continúan la invasión rusa de Ucrania y el endurecimiento de la política mundial", añadió Suzuki.

"Espero que la cumbre del G20 lleve a cabo un diálogo constructivo y produzca resultados significativos para que los líderes del G20 puedan ayudar a lograr un crecimiento estable y sostenible de la economía mundial". (Reportaje de Tetsushi Kajimoto Edición de Chang-Ran Kim y Sam Holmes)