El Banco Nacional Suizo mantuvo el jueves sin cambios su tipo de interés oficial en el 1,75%, al tiempo que el banco central ponía fin a su campaña contra la inflación, que últimamente ha bajado en Suiza, pero afirmó que no se puede descartar un nuevo endurecimiento.

El BNS mantuvo su tipo de interés director y el que cobra por los depósitos a la vista en el mismo nivel que fijó en junio, lo que supone la primera vez que el banco central no sube los tipos desde marzo de 2022.

La pausa fue contraria a las previsiones de un sondeo de Reuters, que había pronosticado una subida de 25 puntos básicos, aunque los precios del mercado monetario sugirieron que se veía como una decisión ajustada. La congelación se produce después de que la inflación suiza se situara en agosto en el 1,6%, el mismo nivel que en julio, dentro del objetivo del BNS de que los precios suban entre el 0% y el 2%.

Cinco subidas consecutivas de los tipos de interés, por un total de 250 puntos básicos, han contribuido a que la inflación caiga desde el máximo del año pasado del 3,5% y se mantenga dentro del objetivo del banco central del 0%-2% durante los últimos tres meses.

El BNS se desmarcó del Banco Central Europeo, que la semana pasada elevó su tipo de interés básico a un máximo histórico del 4%, aunque la Reserva Federal estadounidense mantuvo sus tipos sin cambios el miércoles.

También se espera que el Riksbank de Suecia suba sus tipos el jueves, mientras que el Banco de Inglaterra y el banco central de Noruega también se reúnen el jueves.

"El significativo endurecimiento de la política monetaria en los últimos trimestres está contrarrestando la inflación que aún persiste

presión inflacionista", afirmó el banco central suizo en un comunicado.

"Desde la perspectiva actual, no puede descartarse que sea necesario un mayor endurecimiento de la política monetaria para garantizar la estabilidad de los precios a medio plazo", dijo, añadiendo que seguirá de cerca la evolución de los precios monetarios en los próximos meses.

Atajar la resurgente inflación ha sido el objetivo primordial del BNS en los últimos meses, y el banco central ha permitido que el franco suizo se revalorizara como forma de limitar las subidas de los precios importados.

El BNS mantuvo su previsión de inflación del 2,2% para 2023 y 2024, pero recortó sus perspectivas para 2025 al 1,9% desde el 2,1% que predijo en junio.

El banco central también mantuvo su previsión de crecimiento económico en torno al 1% para este año.

El Gobierno suizo dijo el miércoles que esperaba que la economía del país creciera un 1,3% en 2023 y un 1,2% en 2024. Pronosticó una inflación suiza del 2,2% este año y del 1,9% en 2024. (Reportaje de John Revill Edición de Tomasz Janowski y Kirsti Knolle)