TOKIO, 22 sep (Reuters) -El Banco de Japón mantuvo el viernes los tipos de interés ultrabajos y se comprometió a seguir apoyando la economía hasta que la inflación alcance de forma sostenible su objetivo del 2%, lo que sugiere que no tiene prisa por retirar gradualmente su programa de estímulo masivo.

Los mercados se centran ahora en los comentarios del gobernador Kazuo Ueda tras la reunión, en busca de pistas sobre la rapidez con la que el banco podría empezar a subir los tipos de interés desde territorio negativo.

El yen japonés caía tras la decisión y se situaba en torno a 148,09 por dólar, cerca del nivel psicológicamente importante de 150, considerado como la línea divisoria de las autoridades para la intervención monetaria.

"La decisión refleja la falta de confianza de los responsables de política monetaria en que el crecimiento salarial cobre suficiente impulso para lograr una inflación sostenida", dijo Daisaku Ueno, estratega jefe de divisas de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities.

Tal y como se esperaba, el Banco de Japón mantuvo el interés del 0,1% sobre el exceso de reservas de las instituciones financieras depositadas en el banco central y el objetivo de que el rendimiento de la deuda pública a 10 años se sitúe en torno al 0%.

También mantuvo sin cambios una banda de tolerancia de 50 puntos básicos a cada lado del objetivo de rendimiento, así como un nuevo tope duro del 1,0% adoptado en julio.

La decisión del Banco de Japón contrasta con las de los bancos centrales de Estados Unidos y la eurozona, que en las últimas reuniones han señalado su determinación de mantener altos los costes de los préstamos para frenar la inflación.

El banco central no introdujo cambios en su política monetaria, que mantenía el compromiso de "adoptar medidas de flexibilización adicionales sin vacilación", un lenguaje que algunos agentes del mercado pensaban que podría haber cambiado para adoptar un tono más neutral.

Aunque el Banco de Japón se mantuvo firme por el momento, analistas se preparan para un cambio de política monetaria a corto plazo ante los signos de una mayor presión inflacionista en la tercera mayor economía del mundo.

Los datos publicados el viernes mostraron que la inflación subyacente de Japón alcanzó el 3,1% en agosto, manteniéndose por encima del objetivo del 2% del banco central por decimoséptimo mes consecutivo.

Desde que asumió el cargo en abril, Ueda ha ido sentando las bases para un futuro abandono de la política monetaria ultralaxa, al tiempo que subrayaba la necesidad de mantener los estímulos.

En un movimiento que los mercados consideran un paso hacia la salida, el Banco de Japón aflojó en julio su control sobre los tipos de interés a largo plazo para permitirles subir más libremente, un guiño a la creciente inflación.

Ueda declaró recientemente en una entrevista que el Banco de Japón podría disponer de datos suficientes a finales de año para decidir si pone fin a los tipos negativos, lo que aumenta las expectativas del mercado de un cambio de política monetaria a corto plazo.

"El Banco de Japón está tratando de preparar a los mercados para un futuro cambio de política monetaria", dijo Takumi Tsunoda, economista del Shinkin Central Bank Research Institute. "Probablemente quiere retocar un marco de política monetaria que fue diseñado para vencer la deflación".

Una encuesta de Reuters de septiembre mostraba que la mayoría de los economistas preveían el fin de los tipos de interés negativos en 2024. Las perspectivas de una subida de tipos han contribuido a que el rendimiento de la deuda pública japonesa a 10 años alcanzara el jueves un nuevo máximo de una década.

El Banco de Japón se enfrenta a varios retos a la hora de abandonar el estímulo radical del exgobernador Haruhiko Kuroda, entre ellos las débiles señales de la economía mundial y el riesgo de desencadenar un repunte de los rendimientos que dispararía el coste de financiación de la enorme deuda pública japonesa.

Pero mantener los tipos ultrabajos no está exento de costes. Las crecientes perspectivas de tipos de interés más altos en Estados Unidos han debilitado el yen frente al dólar, inflando el coste de la importación de combustible y materias primas.

La renovada caída del yen ha provocado nuevas advertencias verbales por parte de los responsables del Gobierno, lo que aumenta la presión sobre el Banco de Japón para que desempeñe su papel a la hora de moderar el dolor que supone el aumento de los costes de importación.

El ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, dijo el viernes que no descartaría ninguna opción para combatir la excesiva volatilidad del mercado de divisas.

(Reporte de Leika Kihara y Tetsushi Kajimoto; reporte adicional de Kantaro Komiya; editado en español por Ricardo Figueroa y Benjamín Mejías Valencia)