La libra esterlina subió un 0,12% a 1,2615 dólares, tras caer un 0,25% la semana pasada. Los mercados estadounidenses están cerrados por la festividad del Día de los Presidentes, por lo que es probable que los volúmenes de negociación sean bajos a lo largo del día.
Mientras tanto, el euro bajaba un 0,1% frente a la libra, situándose en 85,42 peniques.
La moneda única cayó a un mínimo de seis meses frente a la libra esterlina de 84,98 peniques la semana pasada después de que los datos salariales del Reino Unido superaran las expectativas, impulsando a la libra. Pero luego volvió a subir cuando la libra cayó después de que las cifras de la inflación británica fueran inferiores a las esperadas.
Chris Turner, director global de mercados de ING, dijo que era probable que las divisas siguieran relativamente tranquilas hasta que los bancos centrales empiecen a recortar los tipos de interés más adelante este año.
"La volatilidad en los mercados de divisas se deriva de la volatilidad en los mercados de tipos de interés, y como las expectativas políticas están ahora más o menos planas por el momento, no estamos teniendo esa fuente de volatilidad".
Los datos del índice de gestores de compras basados en encuestas, que se publicarán el jueves, darán una idea de la salud de la economía británica en febrero.
Los inversores esperan actualmente unos 70 puntos básicos de recortes de los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra este año, frente a los cerca de 110 de principios de febrero. Ven aproximadamente un 55% de posibilidades de que el primer recorte del BoE llegue en junio.
El economista jefe del BoE, Huw Pill, declaró a última hora del viernes que los avances en materia de inflación habían sido hasta ahora bastante modestos.
"Creo que tendremos que esperar varios meses más antes de poder convencernos de que se ha conseguido exprimir el componente persistente de la inflación", declaró Pill en una mesa redonda organizada por la Asociación Nacional de Economía Empresarial de Estados Unidos.
La semana pasada, los datos mostraron que la inflación británica se mantuvo estable en el 4% en enero, desafiando las previsiones de subida, aunque permaneciendo muy por encima del objetivo del 2% del Banco de Inglaterra. (Reportaje de Harry Robertson Edición de Bernadette Baum y Susan Fenton)
