Gran Bretaña y otras naciones ricas deberían considerar un impuesto sobre el carbono como la forma más eficaz de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, declaró el lunes la responsable de políticas del Banco de Inglaterra, Catherine Mann.

Mann, miembro externo del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, no abordó las perspectivas a corto plazo de la economía en su ensayo para el grupo de reflexión británico Resolution Foundation, que forma parte de una serie que analiza los retos a largo plazo para el crecimiento.

En su lugar, Mann se centró en si las políticas introducidas durante la pandemia del COVID-19 y la subida de los precios de la energía del año pasado podían obstaculizar o impulsar el débil crecimiento a largo plazo de Gran Bretaña.

"Los precios de los combustibles fósiles tienen que subir desde su media de 2010 para hacer frente al cambio climático", afirmó Mann.

"A medida que los precios mayoristas de la energía se estabilizan, ahora es el momento de poner en marcha una estrategia a más largo plazo tanto para un mayor uso de los mecanismos de mercado como para la redistribución de los ingresos", añadió.

El gobierno británico ha gastado casi 40.000 millones de libras (50.000 millones de dólares) en subvenciones a hogares y empresas desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, aunque la mayor parte de la ayuda finalizará el mes que viene, ya que los precios de la energía han bajado.

Mann afirmó que los impuestos sobre el carbono y los regímenes de comercio de derechos de emisión ofrecen incentivos claros para que las personas y las empresas reduzcan sus emisiones, además de aumentar los ingresos, y complementan el gasto público potencialmente costoso en tecnología ecológica.

El Partido Laborista de la oposición británica dijo el viernes que, debido a la subida de los tipos de interés, introduciría más lentamente sus planes de gastar 28.000 millones de libras al año en inversiones ecológicas, si gana las elecciones nacionales que se esperan el año que viene.

El Banco de Inglaterra ha subido los tipos 12 veces desde diciembre de 2021, aumentando su tipo de interés de referencia al 4,5% desde el 0,1%, y los mercados financieros esperan que los tipos alcancen el 5,5% en noviembre.

Mann ha sido un firme partidario de las subidas de los tipos de interés para atajar la inflación, que alcanzó un máximo del 11,1% el año pasado.

Las perspectivas de crecimiento de Gran Bretaña también se beneficiarían de unas guarderías más baratas y de un mayor gasto empresarial en formación del personal, que no se ha recuperado de la crisis financiera de 2008, añadió. (1 dólar = 0,7948 libras) (Reportaje de David Milliken, edición de Andy Bruce)