El informe señala que se ha detectado una actividad cada vez más agresiva por parte de individuos considerados como servicios de inteligencia y asociados a un "pequeño número de Estados extranjeros" que no nombra.

"Estos individuos suponen una amenaza duradera para la seguridad nacional de Nueva Zelanda", añadió la agencia en el informe publicado esta semana, que abarca el año finalizado en junio de 2022.

Durante ese periodo, el NZSIS dijo que había investigado a personas con base en Nueva Zelanda que cultivaban a locales con fines de inteligencia, recopilaban información contra el gobierno, apuntaban a neozelandeses con acceso a información sensible e interferían en la política, el sector privado y la sociedad civil del país.

"Para algunos Estados, estas actividades son duraderas y persistentes", afirmaba, aunque añadía que una mayor concienciación sobre la cuestión había hecho más difícil para los países llevar a cabo actividades de injerencia.

En los últimos años, Nueva Zelanda ha censurado a China por su implicación en una oleada mundial de piratería informática en 2021 y a Rusia por su actividad cibernética maliciosa contra Ucrania en 2022.

Según el informe del NZSIS, Nueva Zelanda tampoco puede dar por sentada la seguridad de la región del Pacífico, ya que se ha convertido en un importante escenario de competición geopolítica.

Nueva Zelanda ha sido considerada durante mucho tiempo como la voz moderada, incluso ausente, sobre China en la alianza de intercambio de inteligencia Cinco Ojos con Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Canadá.

Pero el tono de Nueva Zelanda tanto en materia de seguridad como sobre la creciente presencia de China en el Pacífico Sur se endureció el año pasado después de que China y las Islas Salomón alcanzaran un pacto de seguridad.