Los precios británicos de la energía alcanzaron máximos históricos el año pasado, lo que obligó al gobierno a subvencionar los costes de todos los hogares y a emitir pagos adicionales para los más vulnerables.

Incluso con esta ayuda "hay muchos hogares que sencillamente no pueden pagar sus facturas energéticas", declaró el director ejecutivo de Ofgem, Jonathan Brearley, en un acto del Instituto de Gobierno.