La UE de 27 países se encuentra en la recta final de la negociación de aproximadamente una docena de leyes para luchar contra el calentamiento global, y el año pasado llegó a acuerdos en la mayoría de ellas, incluida la prohibición en 2035 de la venta de coches nuevos que utilicen combustibles fósiles y una importante revisión de su mercado del carbono.

Suecia, que ahora ostenta la presidencia rotatoria de la UE y presidirá las negociaciones entre los países miembros hasta julio, quiere ultimar unos objetivos más estrictos para las energías renovables y la eficiencia energética y unas normas mínimas de rendimiento energético para los edificios, así como requisitos para que las aerolíneas utilicen más combustible ecológico.

"Intentaremos que esto se complete, para que durante la primera parte de este año podamos afirmar que el paquete Fit for 55 ha llegado a buen puerto en cuanto al trabajo legislativo", declaró a la prensa en Bruselas Torbjörn Haak, embajador adjunto de Suecia ante la UE.

Haak dijo que por ahora Suecia no preveía nuevas propuestas de emergencia para hacer frente a las consecuencias de que Rusia recortara sus flujos de gas a Europa, después de que el año pasado los países de la UE acordaran medidas de emergencia que incluían un tope del precio del gas y requisitos de llenado de los depósitos.

Pero añadió: "No excluimos nada".

Ahorrar energía y ampliar más rápidamente las energías renovables son cruciales para cumplir el objetivo de la UE de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55% respecto a los niveles de 1990 para 2030, así como para cumplir su objetivo de sustituir en última instancia la mayor parte del gas ruso por energías limpias.

Sin embargo, las primeras conversaciones mantenidas el año pasado entre los países de la UE -que, junto con el Parlamento Europeo, deben aprobar las leyes definitivas- mostraron movimientos para debilitar algunas propuestas, como los requisitos para renovar los edificios que consumen mucha energía.

Las perspectivas de alcanzar un acuerdo son menos optimistas en el caso de una propuesta para poner fin a la exención fiscal de la UE sobre el combustible contaminante para aviones. Los países deben aprobar por unanimidad los cambios fiscales de la UE, lo que los hace endiabladamente difíciles de aprobar.

"No creemos que haya tanto margen para obtener resultados, para ser sinceros", declaró el embajador sueco ante la UE, Lars Danielsson.