La compañía, que cotiza en Amsterdam, dijo que los fondos ayudarían a actualizar la infraestructura del operador móvil, incluyendo la mejora de la conectividad y los servicios 4G en toda Ucrania.

El país ha visto gran parte de su infraestructura móvil afectada por los ataques rusos con cohetes. Los equipos técnicos de Kyivstar han realizado cerca de 150.000 reparaciones desde que Rusia invadió el país el año pasado, dijo Veon, añadiendo que se aseguró de que el 93% de la red está operativa.

"Aprovechamos esta oportunidad para hacer una declaración audaz sobre nuestro compromiso de invertir", declaró a Reuters el director general de Kyivstar, Oleksandr Komarov, especialmente en un momento en el que muchas otras empresas se abstienen de hacer planes de futuro.

Dijo que la inversión, que se extenderá a lo largo de los próximos tres años, ampliaría la cobertura de la red 4G de la firma hasta el 98% de la población de Ucrania, pero también empezaría a prepararla para el "5G" una vez que termine la guerra.

Kyivstar ha perdido alrededor del 7% de su base de clientes activos - o aproximadamente 1,7 millones de abonados - desde que comenzó la guerra el pasado mes de febrero. Esto se debe a que algunas partes del país están ahora controladas por Rusia y ya no utilizan su red, pero también a que otras han abandonado Ucrania por completo.

Komarov, que se encontraba en Londres para asistir a una cumbre internacional sobre la reconstrucción de Ucrania, afirmó que, aunque era probable que el número de clientes siguiera "descendiendo", Kyivstar estaba mejor que otros y seguía siendo "financieramente positiva".

En caso necesario, podría empezar a recurrir a la ayuda de los bancos multilaterales de desarrollo disponibles, o pedir préstamos en Ucrania si, como se espera, los tipos de interés del 25% del país empiezan a bajar en los próximos meses.

El pasado noviembre, Veon anunció que vendería su negocio ruso, Vimpelcom, a un grupo de altos directivos de la unidad, encabezados por su consejero delegado Aleksander Torbakhov, por 130.000 millones de rublos (2.200 millones de dólares).

El proceso ha resultado complicado y ha tenido problemas para obtener las autorizaciones necesarias de varios países para repatriar el dinero de la venta.